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El PSOE promete cerrar las centrales nucleares en 15 años

Las de Garoña y Zorita serán clausuradas en el 2000 si gana las elecciones generales

El candidato socialista a la presidencia del Gobierno, Joaquín Almunia, sorprendió ayer con una nueva oferta electoral arriesgada. Después de comprometerse en el Congreso ante Aznar a que el director de RTVE sería nombrado por el Parlamento, ayer anunció que, si gana las elecciones, el año próximo cerrará las centrales nucleares de Zorita y Garoña. Durante la primera legislatura se aprobará un plan para la clausura de las restantes antes del 2015.

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"Lo anuncio con toda solemnidad: me propongo sustituir progresivamente la energía nuclear por energías alternativas, limpias y seguras, de forma que España no tenga centrales nucleares activas en el año 2015. En mi primer año de Gobierno cerraré las centrales nucleares de Zorita y Garoña".La apuesta de Almunia clausuraba una intensa jornada celebrada en la sede central del PSOE, en la que se perfiló el programa electoral que el partido ha elaborado sobre Medio Ambiente bajo el nombre de Calidad de vida: una garantía de futuro.

El compromiso de dar carpetazo a la energía de origen nuclear no se incluye, pues, en el marco de la política industrial o fiscal socialista, sino en la órbita de protección ambiental, en cuyo diseño ha desempeñado un papel decisivo Cristina Narbona.Como el propio Almunia puntualizó, es una decisión en la que el PSOE lleva años trabajando en paralelo a otros partidos socialdemócratas europeos, como el alemán o el sueco. "No busco ser original", dijo. "Sobre este tema están tomando decisiones los alemanes, los suecos, los japoneses. Todos ellos están preocupados por lo mismo: ¡qué mundo! Todos ellos están apostando por un mundo más limpio, más seguro, más sostenible".

En caso de ganar las elecciones, los socialistas aprobarían en el primer año de legislatura un plan de desmantelamiento nuclear en el que, junto al análisis de las inversiones realizadas por los promotores de los nueve reactores en activo, se tengan en cuenta las amortizaciones, la imputación al coste real de la energía nuclear de la gestión de los residuos radiactivos, la sustitución de esta fuente energética por renovables y un programa de desarrollo alternativo para las poblaciones afectadas por la pérdida de puestos de trabajo. " No les cambiaremos tranquilidad por dinero", dijo Almunia.

Para curarse en salud del aluvión de críticas sobre la repercusión de esta decisión en la tarifa de la luz, el candidato afirmó que debe y puede hacerse sin ningún sobrecoste. El parque nuclear español dispone de una potencia autorizada de 7.990 megavatios, una vida útil de 12,8 años, un valor global de 2,2 billones de pesetas y una participación del 30,2% en la producción eléctrica total.

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El PSOE estima que la capacidad de producción eléctrica instalada en España excede en más de una cuarta parte la demanda máxima en horas punta, y ello a pesar de la moratoria nuclear implantada cuando gobernó, al suspender planes para la construcción de más centrales aprobadas durante el franquismo. Esta situación ha conducido a que, mientras las plantas nucleares están funcionando al 100%, las de ciclo combinado alimentadas con fuel o gas permanecen paradas, pese a que su eficiencia es un 50% superior y el coste final de su producción el más barato.

Con el nuevo escenario liberalizador implantado por el PP, los socialistas entienden como irreversible la sustitución del carbón y el uranio como fuentes energéticas primarias por el gas y, en cierta medida, por las renovables (prometen que cubran el 15% del consumo en el año 2010) a poco que se impute en los costes finales la gestión de los residuos radiactivos. Esta gestión, que supone un 0,8 de la tarifa que se cobra a todos los usuarios de electricidad en España, creen que debería imputarse exclusivamente a la de procedencia nuclear. En esas condiciones estiman que el propio mercado pondría en evidencia que este tipo de energía es más cara que otras y, por tanto, menos rentable. También se plantea un gravamen a los productores sobre sus ingresos para cubrir los costes de gestión de los residuos que ahora se hace solidariamente.

Para elaborar el calendario del cierre nuclear, los socialistas han tenido en cuenta el periodo de amortización de cada planta. Una vez superado, no habría que indemnizar a sus propietarios, aunque es una cuestión que no descartan plantear en un debate público. En términos contables, ese periodo es de 25 años, de modo que las centrales de Zorita y Garoña están amortizadas desde 1994 y 1996, respectivamente. Almaraz I lo estará en el 2006, y su gemela, Almaraz II, en el 2008; Ascó I, en el 2008; Cofrentes, en el 2009; Ascó II, en el 2011; Trillo, en el 2013, y Vandellós II, en el 2013. La explotación por encima de esas fechas implica beneficios adicionales que pueden sacrificarse, según los socialistas, a cambio de despejar cualquier riesgo de accidente nuclear.

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