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Pasarela Gaudí marca una vuelta al color para el verano del 2000

El salón de moda barcelonés confirma el avance de las formas deportivas

La vuelta al color y la luz en los tejidos con brillo son las aportaciones más significativas que la Pasarela Gaudí está ofreciendo en sus primeras jornadas. Con los desfiles de Nuria Mora, K.E., Guillermina Baeza, Peter Aedo, David Valls y Lydia Delgado, la muestra confirma la permanencia de la línea simple, el avance de las formas deportivas y la vistosidad de los tejidos engomados.

La diseñadora catalana Nuria Mora presentó en La Paloma un desfile lleno de sugerencias: mezcla materias como el tencel con lino, acetato, algodón, poliamidas y acero inoxidable; cuida la forma y potencia el detalle de los entallados y sube los volúmenes de las faldas. Sólo le falta purificar la línea y delimitar el concepto para conseguir un trabajo estéticamente compacto.Bajo las siglas K.E. hizo su primera aparición en pasarela una de las firmas más comerciales y competitivas del momento, de cuyos talleres salen cosidas algunas de las creaciones más representativas de la moda catalana. La colección K.E. se pasa de cómoda y fresca, pero está claro que su aparición supone una nueva línea creativa. Las formas puras y la mística neohippy, los engomados y estampados florales constituyen su gran aportación.

Con las tendencias de hombre y mujer para el 2000, David Valls descubrió ayer una de sus mejores colecciones. Exquisito con el punto, esta vez lo convirtió en su aliado y desafió el espacio -el patio del Museo Marés- con los tejidos técnicos más revolucionarios: plásticos transpirables mezclados con tules engomados, mallas con linos imitando el papel, viscosas y poliuretanos.

Lydia Delgado rescata la mini del recuerdo. En su desfile de ayer primó la falda tubo, a la que da vuelo, y descubrió la cola y el corte sirena: cinturas ajustadas y faldas ondulantes de dimensiones infinitas. Tiñe de negro sus trajes de noche que confecciona en crepe, compone conjuntos con faldas venecianas, corpiños de raso, chaquetas entalladas siglo XIX, y faldas polisón. Guillermina Baeza mezcla los tonos calientes con la línea simple y los colores fríos. El bañador más trasgresor que veremos en el 2000 incluirá calados tan grandes que dejará las caderas al aire, descubrirá el ombligo o llevará un letrero calado en el trasero. Las dimensiones extremas de los minibikinis continúan menguando.

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