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Roma prepara la apertura de un parque arqueológico único para el año 2000

Excavaciones en los Foros Imperiales dan nuevos datos sobre la zona antigua de la ciudad

A un patrimonio de por sí espectacular de palacios, iglesias, museos y ruinas milenarias que se superponen creando un efecto único de riqueza histórica, Roma quiere añadir ahora una nueva atracción turística para los visitantes del año 2000: un parque arqueológico gigantesco. Un espacio abierto, que se extiende a lo largo de la Via de los Foros Imperiales, entre Piazza Venezia y el Colle Oppio, donde han sido hallados nuevos restos del periodo de Trajano, elementos que han permitido a los arqueólogos rediseñar en el ordenador un nuevo plano de los Foros.

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Tesoros bajo el asfalto

Las ruinas espléndidas de los Foros, a ambos lados de la Via de los Foros Imperiales, son desde hace 14 meses una cantera abierta donde los arqueólogos del Ayuntamiento de Roma han encontrado nuevos vestigios del Imperio que permiten introducir pequeños cambios en la topografía de estos lugares históricos. En este espacio de 14.000 metros cuadrados, que comprende el Colle Oppio, donde acaba de abrirse al público un primer fragmento de la Domus Aurea (la Casa de Oro del emperador Nerón), está previsto invertir más de 1.800 millones de pesetas con vistas a la recuperación de nuevos fragmentos de la Roma antigua. El proyecto no estará terminado en el 2000, aunque en septiembre de ese año se cerrarán temporalmente las excavaciones para ofrecer a los turistas que se aventuren a venir a Roma un recorrido insospechado a través de estas ruinas vivas. En un futuro próximo, la ciudad de Roma destinará todo el área a un parque inmenso en el que los visitantes podrán ver en directo las ruinas, documentarse, gracias a reconstrucciones virtuales, de la forma original de los monumentos y disfrutar de un inmenso jardín en el corazón de la Ciudad Eterna.

Hallazgos

De momento, las excavaciones iniciadas hace 14 meses han dado ya frutos. Los arqueólogos se felicitan por el hallazgo de restos de tuberías romanas en torno al Templo de la Paz, piezas de plomo que refuerzan la hipótesis de un templo adornado con espacios verdes y juegos de agua. En espera de una interpretación definitiva, permanecen también cuidadosamente guardados los fragmentos recién descubiertos de pavimentación exquisita que podrían proceder del Templo del Foro de Trajano, además de la cabeza de un guerrero dacio y el enorme foso donde hundía su base la estatua ecuestre del emperador, junto al que ha sido recuperado lo que se supone es un trozo del pedestal de la misma. Elementos todos que permiten rediseñar los espacios del pasado, siempre abiertos a nuevas interpretaciones, pero que también "nos demuestran el escaso conocimiento topográfico que poseemos de la ciudad antigua", explica Roberto Meneghini, miembro del equipo de arqueólogos del Ayuntamiento romano que supervisa la excavación de los Foros Imperiales, bajo la dirección científica de Silvana Rizzo. Los estudios del siglo pasado situaban el templo del emperador Trajano, el que llevó el Imperio Romano al cénit de su desarrollo y expansión, en el siglo II de nuestra era, en el subsuelo del Palazzo Valentini, a un paso de Piazza Venezia. Según dichas hipótesis, Trajano, un emperador guerrero que organizó el Foro que lleva su nombre con el rigor de un castrum militar, habría situado el templo a él dedicado en las proximidades de la columna, de 40 metros de altura, decorada con bajorrelieves que recogen los episodios gloriosos de las conquistas del emperador.

Una de las joyas del Foro era la aludida estatua ecuestre. El descubrimiento del foso donde se hundía la base, así como una parte del pedestal, ha permitido a los estudiosos inferir que la obra era tres veces más grande que la que muestra a caballo al emperador Marco Aurelio, una copia de la cual se exhibe en la plaza del Campidoglio, y enmendar anteriores errores sobre su colocación. Los restos demuestran que se hallaba en medio de la inmensa plaza del Foro de Trajano, lo que modifica también la disposición topográfica del lugar, permitiendo situar el templo en la confluencia entre los Foros de Trajano y de Augusto, es decir, en la parte opuesta de donde la situaban los estudios.

Además de poner a prueba los nervios y la paciencia de turistas y habitantes de la Ciudad Eterna, las obras del Jubileo están transformando el rostro de la capital tanto en el plano visible de su superficie como en el subsuelo. Roma, insaciable en la persecución de su pasado, está recuperando no sólo la zona de los Foros Imperiales, sino numerosas áreas arqueológicas menores que languidecían en medio del tráfico caótico de la ciudad. Ejemplos de este resurgir son las ruinas romanas del Lago de Torre Argentina, donde en torno a los cuatro templos circulares de época republicana han crecido esbeltas columnas que hasta hace poco eran sólo pedazos rotos entre la hierba.

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