"Son los camareros los que quieren que siga"
Gabriel Díaz Berbel (Granada, 1940), empresario de profesión, lo tiene muy claro: si el 13 de junio no gana las elecciones, se va a su casa. El actual alcalde del PP dice que si la ciudad no le da la confianza para gobernar, tampoco se la da para que esté en la oposición. La mayoría de las encuestas le son favorables, de ahí que encare la campaña con cierto optimismo. Su idea para la próxima legislatura es seguir por el camino emprendido hace cuatro años. Pregunta. ¿Cuáles son las propuestas concretas del PP para Granada? Respuesta. La primera es seguir mejorando la ciudad. Granada ha avanzado, y lo que debemos hacer ahora es recuperarla para el peatón potenciando una política de mejora de los transportes públicos. Creo que también hay que conectar la Alhambra con la ciudad. Por otra parte, a Granada hay que dotarla de mayores infraestructuras y potenciar que se lleve a cabo un calendario de inversiones para el Campus de Ciencias de la Salud. Nosotros ya hemos cumplido con 2.500 millones, ahora le toca a otros hacerlo. P. ¿Y para la cultura? R. Hace falta potenciar las infraestructuras en materia cultural. Proponemos un cambio de ubicación para el archivo de la ciudad a un lugar más adecuado. También creo que Granada necesita un museo que albergue todos los fondos que tiene el Ayuntamiento actualmente. Pienso, además, que hay que seguir apoyando a la Orquesta Ciudad de Granada. Nosotros heredamos una orquesta muerta, un cadáver que hemos tenido que mantener y potenciar. Creo que debemos recuperar las viejas tradiciones y aprovechar todos los eventos posibles, como pasó con la visita del presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, las Spice Girls o los astronautas del Discovery. Ahora tenemos el centenario de Carlos V y los 500 años de la fundación del Ayuntamiento y son acontecimientos que se pueden aprovechar para el reclamo turístico de Granada. P. ¿Cuáles son sus principales preocupaciones al frente de la ciudad? R. La creación de empleo. P. ¿Cómo piensa hacerlo? R. Fundamentalmente pagando a los proveedores del Ayuntamiento, que son pequeñas empresas que viven de esto, y aprovechando todos los planes posibles que vengan de cualquier otra administración, ya sea central o autonómica. Nuestra intención es seguir en la línea de las escuelas taller o el Proyecto Mariposa [un plan para que mujeres inmigrantes creen sus propios negocios, como un restaurante de comidas exóticas], que ha sido pionero en España. Queremos destinar 700 millones de pesetas anuales a este tipo de cosas. Lo que hemos emprendido funciona. Y por supuesto, el turismo. ¿Sabe quiénes quieren que siga como alcalde? No los empresarios, ni los ricos. No. Quienes quieren que siga como alcalde son los camareros de los bares, porque saben que potenciamos el turismo y que el empleo funciona. Son los camareros de los bares los que me lo dicen. P. ¿Cómo ha visto a la oposición en esta legislatura? R. Mal. Han estado siempre más en contra de la persona que a favor de defender su programa. Y las pocas personas que han aportado algo, como Jesús García o Milagros Mantilla, han quedado fuera de las listas del partido socialista ahora. Respecto a IU, Garzón sólo se ha dedicado a atacarme, sin más. Julio Anguita dice siempre: "Programa, programa, programa". Garzón sólo dice: "Persona, persona, persona". La gente quiere soluciones, no que estén todo el día en contra de mí P. Unas encuestas dan que ganará y otras que no. ¿Qué hará en caso de perder? R. Me voy, me marcho. Yo no me quedo en la oposición esperando a que me den un carguete. Si pierdo la confianza de la ciudad para gobernar, quiere decir que tampoco la tengo para estar en la oposición. Pero por lo que veo en la calle, no creo que pierda. P. Al final, el Rey Chico sigue en pie cuando usted siempre anunció que lo derribaría. ¿Le queda la espina? R. No, porque ha quedado pendiente de una resolución de expertos. Yo estoy cumpliendo lo que dije: no hablar del Rey Chico en campaña. Esperaremos a ver si deciden que se queda como está, o se le quita algo o se derriba entero.
