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Arde la empresa extremeña de transformación de lino que denunció irregularidades en el sector

Alrededor de 600 toneladas de lino preparado fueron ayer pasto de las llamas en una empresa transformadora de Berlanga (Badajoz). El producto pertenecía a la sociedad limitada Lino Textil Extremadura, la única industria de este tipo de la comunidad y cuyos socios, un total de 92, habían recibido el pasado año una subvención próxima a los 225 millones de pesetas. El administrador de la empresa, Alberto García Valencia, había denunciado en una carta enviada a la Asociación de Transformadores del Lino los "robos", "barbaridades", "especulaciones" y "oportunismos" que se cometen en el sector. En la misma misiva, de la que la Junta de Extremadura tuvo constancia a principios de este mes, cuando se desató el escándalo del caso del lino, García Valencia anuncia su intención de "sacar todos los trapos sucios a la Administración".

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En plena polémica del caso lino, con continuas denuncias de sospechosos cobros de subvenciones millonarias de la Unión Europea, las llamas arrasaban ayer en Extremadura, a las 9.30, 600.000 kilos de lino procesado. Por causas que se desconocen, las llamas fueron saltando de paca en paca, formando una gran humareda. Miembros de la cooperativa trataron de atajar el fuego retirando las pacas con un tractor, "pero la chispa iba saltando de un fardo a otro", según los testigos. La cooperativa Lino Textil de Extremadura SL es la única industria transformadora de lino existente en la comunidad extremeña. Se constituyó el 27 de octubre de 1997 y en marzo de 1998 fue autorizada a transformar lino. Forman parte de ella 92 agricultores, la mayoría extremeños, aunque algunas fuentes señalaban ayer que también se agrupan titulares de explotaciones de otras comunidades. En Extremadura se dedican al cultivo del lino 324 agricultores, con una superficie total de 9.655 hectáreas. El pasado ejercicio, este sector recibió subvenciones por valor de 560 millones. De esa cantidad, el 40%, fueron para la cooperativa de Berlanga. Fuentes del Gobierno extremeño, que preside el socialista Juan Carlos Rodríguez Ibarra, aseguran que sobre esta cooperativa ha habido un control "exhaustivo".El administrador único de Lino Textil de Extremadura, Alberto García Valencia, advirtió en una carta dirigida a la Asociación de Transformadores de Lino (Asolino) y a la Organización Interprofesional de Lineros de España (Oile) que "se estaban cometiendo auténticas barbaridades en el cultivo del lino en España". Añadía en su escrito, del que la Junta autonómica ha tenido constancia a principios de este mes, que "le consta" que las empresas transformadoras agrupadas en Asolino "ni siquiera han intentado" transformar las varillas de lino de los agricultores extremeños y que "se han limitado a cobrar por un documento -el certificado de entrega y transforma-ción- a veces hasta 14.000 pesetas por hectárea". García Valencia no duda en utilizar el término "robo" para describir lo que sucede en el sector, "en el que se registran certificados apañados y pagados a alguna tranformadora de Asolino".

La carta describe en términos muy claros la situación del sector: "Lo preocupante no era regular el sector del lino en España, sino más bien especular y ganar dinero a costa siempre del sufrido agricultor". Tras defender a la empresa que representa, afirma que "las otras gestiones, en las cuales nosotros no queremos entrar en juego, se llaman especulaciones, se llaman oportunismos, se llaman, en definitiva, por qué no decirlo: robos".

Al responsable de la compañía extremeña no le salen las cuentas. "Hay cálculos que no me cuadran", asegura. Y se pregunta "¿cuántas horas de trabajo hacen en zonas de Castilla-La Mancha? Deben cobrar bien los trabajadores, porque transforman 20.000 hectáreas en unos meses. Nosotros [Lino Textil Extremadura] necesitaríamos aproximadamente tres años para hacerlo". No sólo se trata de horas de trabajo. "Qué consumo de electricidad tienen vuestras máquinas? Algunas de ellas, después de trabajar tres turnos resulta que pagan a la compañía suministradora de electricidad menos cantidad que una familia en un mes".

Y concluye: "O la interprofesional y Asolino aclaran todas las directrices, o por nuestra parte intentaremos sacar todos los trapos sucios a la Administración".

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