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Una sociedad valenciana se interesa por Morapiel, que está en suspensión de pagos

La empresa valenciana Lederval se ha mostrado interesada en la situación de la peletera de Móra d"Ebre Kujke Chun Nam, más conocida como Morapiel, que se encuentra en suspensión de pagos y a la espera de encontrar un grupo inversor. Los contactos entre responsables de la sociedad valenciana, trabajadores y dirigentes políticos locales se iniciaron la pasada semana. El grupo Lederval, una de las mayores sociedades peleteras de Valencia, informó ayer de que los contactos mantenidos sólo podrían definirse como "previos", aunque sus responsables se manifestaron abiertos a estudiar la información procedente de la fábrica, explicó Manuel Ríos, administrador de la sociedad. El grupo mantiene seis fábricas operando en diferentes comunidades españolas. Los técnicos y responsables valencianos visitaron la empresa el pasado lunes y solicitaron información sobre el estado de cuentas y la situación de suspensión de pagos. Lederval se comprometió a dar una respuesta en 15 días, después de recibir el resto de la información solicitada, que según informó ayer el presidente del Consejo Comarcal del Baix Ebre y alcalde de Móra d"Ebre, el convergente Santiago Campos, se remitió ayer. Campos explicó que la iniciativa de conectar con el grupo peletero valenciano partió del propio consejo, "dado que consideramos que es bueno que haya más de una firma interesada". La empresa Morapiel se encuentra en suspensión de pagos desde hace más de un año, el mismo periodo durante el que los más de 100 trabajadores han estado cobrando el paro. La sociedad, perteneciente a dos firmas coreanas, arrastra unas deudas con Hacienda y la Seguridad Social que ascienden a 1.000 millones de pesetas. Los coreanos compraron Morapiel a la sociedad Tipel, perteneciente a la familia Prenafeta. Eplicsa, la empresa pública de la Generalitat, y el Grupo Colomé, radicado en Vic, realizaron la semana pasada una propuesta para la creación de una sociedad conjunta, que ofrecería un total de 250 millones de pesetas por Morapiel, que les sería adjudicada mediante subasta, dado que las naves están hipotecadas por los acreedores y la maquinaria pertenece a los trabajadores. Eplicsa iniciará hoy las negociaciones con la Seguridad Social con el objetivo de que ésta acepte rebajar la deuda que Morapiel mantiene con el citado organismo. Los trabajadores tramitan ahora el expediente de extinción de contratos, que les asegura que no perderán los derechos adquiridos.

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