_
_
_
_
_

Una mirada en blanco y negro

Pionero de la aviación, ingeniero, empresario fundador de Construcciones Aeronáuticas (CASA) y de la automovilística Seat, José Ortiz Echagüe (Guadalajara 1886-Madrid 1980) fue ante todo un gran creador y un extraordinario fotógrafo. El Ayuntamiento de Pamplona y la Universidad de Navarra, institución a la que Ortiz Echagüe legó todo sus fondos fotográficos, presentan hasta el próximo 2 de mayo una gran antológica de su trabajo artístico a través de más de mil originales al carbón directo realizados entre los años 1903 y 1964. "El legado de Ortiz Echagüe desapareció para los conservacionistas y para el público español en la década de los sesenta, que es cuando dejó de fotografiar y exponer su obra. Sin embargo, esta muestra, que ha sido vista ya por más de 125.000 personas, va a contribuir a introducir por derecho propio a su autor en la historia de la fotografía de este siglo", indica Rafael Levenfeld, comisario de la exposición. Responsables de la Universidad de Navarra trabajaron durante años para catalogar, conservar y digitalizar más de 30.000 negativos heredados del fotógrafo, así como para proteger adecuadamente más de mil imágenes reveladas mediante un procedimiento artesanal por el propio Ortiz Echagüe, denominado carbón directo o carbón-fresson, muy usado en el movimiento pictoralista de inicios del siglo XX. Precisamente esas fotografías son las que se pueden verse ahora en Pamplona, tras haber cosechado un gran éxito de público en el Museo Nacional de Arte de Cataluña y en París. Su gira terminará en el Museo de Arte Contemporáneo Reina Sofía, en Madrid. Ortiz Echagüe retrató magistralmente tipos y trajes populares de las primeras décadas del siglo por toda España, como lo demuestra su famosa Remero vasco (1931), así como en tierras marroquíes, donde el fotógrafo prestó su apoyo al Ejército español en el cuerpo de ingenieros, además de desplegar una labor sistemática de documentación social. Algunas de sus fotografías al carbón más renombradas corresponde precisamente a esa fase de su vida. Siroco en el Sahara y Moro al viento, son dos ejemplos de la maestría de unas imágenes, basadas siempre en el blanco y el negro. "Nunca sacaba a sus personajes de su escenario natural, no utilizaba el estudio", recuerda Asun Domeño, coordinadora del legado de Ortiz Echagüe. Paisajes, pueblos, retratos, la España mística de castillos y alcázares y los tipos populares pueblan una exposición que sitúa al espectador ante una época pasada e irrecuperable. Con motivo de la muestra de este autor, cuyo peripecia vital arroja datos tan significativos como su obtención del tercer carné de piloto aéreo expedido en España, en 1911, su participación en la fundación de CASA, en 1923 o la fundación, en 1950, de SEAT, empresa de la fue nombrado presidente, los organizadores han editado un catálogo especial de la muestra con 157 de sus mejores imágenes y que se agotó en Barcelona y París.

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_