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La federación inglesa despide a Hoddle por criticar a los minusválidos

La carrera profesional del controvertido entrenador de la selección inglesa, Glenn Hoddle, terminó abruptamente anoche cuando la Asociación de Fútbol anunció su despido por supuestas declaraciones ofensivas a los minusválidos. En una tumultuosa conferencia de prensa en Londres, David Davies, portavoz de la asociación deportiva, dijo que tanto la organización como el propio Hoddle habían admitido que la situación se había tornado "insostenible". Hoddle, que desde el estallido de la crisis insistió en que jamás fue su intención insultar a los minusválidos, no hizo comentario alguno.

Su alejamiento forzoso marcó el epílogo de un escándalo que ha sacudido a todo el país desde el sábado. Ese día, un reportero del diario The Times atribuyó a Hoddle, que cree fervientemente en la reencarnación, una frase según la cual los minusválidos son personas que están pagando con sus aflicciones los pecados de su vida anterior.

La publicación de la entrevista, que aparentemente no fue grabada, desató una furiosa ola de acusaciones. Instantes después de que se anunciara el despido de Hoddle, un hombre que participó en la reunión para la prensa prorrumpió en imprecaciones y fue arrastrado fuera de la sala por agentes de seguridad.

Aun así, el caso Hoddle va a seguir dando mucho que hablar en los próximos días y semanas y no sólo porque el entrenador se aprestaba a batir a Francia en un partido amistoso el 10 de febrero. En Inglaterra ayer comenzaron a surgir defensores. El diario conservador Daily Mail sugirió que el futuro de Hoddle debería depender exclusivamente de su rendimiento profesional, que le aporta un ingreso cifrado en 82 millones por año y "que por esa sencilla razón tendría que irse". Pero otros medios, como el liberal The Guardian mantuvieron la ofensiva sin cuartel. "Es difícil imaginar qué pecados cometió Hoddle en su anterior vida para merecer un intelecto tan deficiente", dijo. El tabloide The Sun, el de mayor circulación en el Reino Unido abrió su edición con un gran titular sucinto: "Vete".

Enfado de los patrocinadores

Hoddle dijo que su declaración al Times fue más "mal interpretada" que totalmente falsa. Aun así sus abogados estaban considerando demandar al Times. Su último intento por permanecer en su puesto duró al menos cuatro horas, cuando compareció ante la plana mayor de la Asociación de Fútbol en un hotel de Lancaster Gate. La Asociación cayó bajo la fuerte presión de los patrocinadores de la selección, que reaccionaron con indignación una vez publicada la entrevista. A la desesperada campaña para salvar a Hoddle se sumó anoche su hija Zara, de 13 años, que envió un sorpresivo mensaje a la BBC afirmando que tanto ella como su padre apoyan a los minusválidos y que no se habría armado tanto aspaviento si las palabras de su padre hubieran sido debidamente interpretadas.

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