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LA CRISIS DE LOS BALCANES

EEUU exige a Milosevic la permanencia del jefe de los observadores en Kosovo

Estados Unidos, insatisfecho con la respuesta yugoslava a la advertencia de la OTAN, exigió ayer la permanencia de William Walker en Kosovo para evitar un ataque militar que Washington consideraba anoche seriamente. "La orden de acción de las fuerzas de la OTAN está sobre la mesa. Es efectiva", recordó la secretaria de Estado estadounidense, Madeleine Albright, tras calificar de imperativo que el presidente yugoslavo, Slobodan Milosevic, dé marcha atrás en su decisión de expulsar al jefe de la misión de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) en Kosovo.

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"[Hay] que indicar muy claramente al presidente Milosevic que el embajador Walker debe ser autorizado a proseguir su trabajo", señaló Albright tras reunirse con los senadores en el Congreso. La secretaria de Estado manifestó que había pasado parte de la noche entrevistándose con sus homólogos europeos y que había obtenido "un apoyo unánime" en el seno de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE) y entre otros aliados para hacer anular la orden de expulsión de Walker."El principal punto es que el presidente Milosevic entienda el mensaje de que las acciones llevadas a cabo en Kosovo, que las atrocidades cometidas, deben estar sujetas a la investigación por parte del tribunal de crímenes de guerra" u otro organismo independiente, afirmó Albright.

En el Departamento de Estado, su portavoz, James Rubin, manifestó que Milosevic está "jugando con fuego" con la expulsión de Walker. Rubin calificó la decisión serbia de "espúrea e indigna". Las autoridades de Belgrado anunciaron el lunes por la noche que daban 48 horas al diplomático estadounidense para que saliera de la República Federal Yugoslava (Serbia y Montenegro) y ayer aceptaron "prolongar 24 horas" su estancia. El diplomático responsabilizó a las fuerzas de seguridad serbias del asesinato de 45 albaneses el pasado viernes en Racak, en el sur de Kosovo. Belgrado atribuye las matanzas a la violencia provocada por los rebeldes albaneses de Kosovo.

El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas condenó el lunes por la noche (madrugada española) los asesinatos, pero sin culpar a nadie. El Consejo tenía previsto celebrar otra reunión ayer para debatir una petición a Milosevic para que coopere con los observadores internacionales.

Walker es el jefe del equipo internacional encargado de vigilar la paz en Kosovo. Su expulsión amenaza, según EEUU, la continuación del trabajo realizado por los cerca de 800 observadores que dirige y sin cuya presencia no se puede garantizar el alto el fuego alcanzado el pasado 12 de octubre con la ayuda del diplomático norteamericano Richard Holbrooke. "Estamos al borde de una situación de emergencia, del mismo modo que lo estuvimos el pasado octubre", manifestó, por su parte, Holbrooke a la cadena de televisión CNN.

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Incluso Rusia, el miembro del Consejo de Seguridad más cercano a Yugoslavia, ha condenado la expulsión calificándola de asunto de "gran preocupación" que sólo puede desestabilizar aún más la situación.

La elevación de tono estadounidense resulta consistente con el "mensaje enérgico" que dos generales de la OTAN tenían previsto entregar ayer a Milosevic durante su reunión en Belgrado, según informó Sandy Berger, el asesor del presidente norteamericano para la Seguridad Nacional. Aunque se desconoce el contenido concreto de su mensaje, se sabe que pretendían comunicar a Milosevic que la OTAN está dispuesta a volver atacar posiciones militares serbias si Belgrado no cumple con sus compromisos. "Si él [Milosevic] está dispuesto a incumplir los acuerdos, los planes de la OTAN siguen todavía sobre la mesa y el empleo de la fuerza sigue siendo una opción", declaró Berger durante una entrevista con la CNN. La posibilidad de un castigo militar a las fuerzas serbias depende del informe que entreguen los dos generales (el comandante de la OTAN, Wesley Clark, y Klaus Naumann, miembro del comité de inteligencia) tras su reunión con Milosevic. "Nuestra decisión de actuar se basará en lo que haga Milosevic y en el contenido del informe", precisó Berger.

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