El Gobierno de Chipre renuncia a desplegar los misiles rusos en la isla
El Gobierno de Chipre anunció ayer su renuncia a instalar en la dividida isla los misiles tierra -aire de fabricación rusa que habían suscitado la amenaza turca de destruirlos. Nicosia negocia ahora con Moscú su despliegue en la vecina Creta. En la decisión de Chipre, que encargó los misiles a principios de 1997, ha pesado el temor a que la instalación de ese armamento le cierre las puertas de la Unión Europea, con quien negocia su incorporación.
"He alcanzado la decisión de no instalar los misiles en Chipre y acordado negociar con el Gobierno ruso sobre la posibilidad de desplegarlos en Creta", manifestó el presidente chipriota, Glafcos Clerides, en un comunicado.Clerides difundió un texto de dos páginas al concluir una reunión del Consejo Nacional, un órgano consultivo sobre el problema chipriota que agrupa a todos los partidos. El consejo no alcanzó un veredicto unánime. "Asumo la responsabilidad de esta decisión. El único factor que se ha tenido en consideración al respecto ha sido el interés de Chipre y del helenismo", declaró Clerides.
Chipre encargó los misiles tierra-aire S-300 a Rusia a principios de 1997. Turquía, que ocupa el tercio norte de la isla desde que la invadiera en 1974 a raíz de un breve golpe de Estado de inspiración griega, amenazó de inmediato con una acción militar para evitar la llegada de los misiles.
Grecia, obligada a defender a Chipre en caso de nuevas hostilidades con Turquía por el pacto de 1993, se ha mostrado favorable al despliegue de los misiles en Creta.
Rusia, por su parte, confía en que Chipre respete su contrato ya que considera que los misiles no supondrán ningún peligro para la seguridad regional, según declaró ayer un portavoz del Ministerio de Exteriores ruso. "Se trata de un contrato puramente comercial", aseguró Vladímir Rajmanin. Mientras, Estados Unidos, a través del Departamento de Estado, ya ha felicitado a Clerides por "esta decisión que relajará la tensión en la isla".
