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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

La enseñanza pública

Tres miembros de mi familia pertenecen a distintos cuerpos de enseñantes del Ministerio de Educación y Cultura, por lo que conozco su preparación, dedicación y vocación.Además, tengo amigos y conocidos de los que puedo afirmar lo mismo, y, por último, hemos tenido la gran suerte de que la mayoría de las personas que fuera de casa (en centro público) se han encargado hasta ahora de la educación de mis hijos han pertenecido o pertenecen a ese grupo de "excelentes profesionales", por lo que (salvo desgraciadas y lamentables excepciones) estoy convencida de que nuestros hijos están en buenas manos. En este sentido no tengo que objetar ningún reparo a la "educación pública".

La mediana de mis hijos, de 13 años, desde que nos trasladamos a vivir a Tres Cantos (ya hace cuatro) asiste a centros públicos. En ese tiempo he apreciado que la calidad de su aprendizaje, así como la cantidad de conocimientos, se ha ido quedando rezagada con respecto a la de sus compañeros del colegio al que asistía en Madrid (concertado). Esto lo he podido constatar en varias ocasiones cuando ve a sus antiguas compañeras. Nunca he tenido ningún prejuicio contra la enseñanza pública.

Dicho todo esto, me sirve de preámbulo para entrar en el asunto que realmente importa: este año y en la aplicación de la LOGSE, el segundo curso de la ESO tiene que cursarlo en un instituto.

Se establece en la citada ley los espacios de que deben disponer los cursos y materias (aulas, salas y laboratorios). A pesar del tiempo transcurrido desde su aprobación, parece que no ha sido suficiente para preparar los institutos y recibir a los niños en condiciones tal y como indica la ley. Mientras, "se escolariza" en los colegios a los niños de tres años (¿?).

El instituto que corresponde a mi hija es el José Luis Sampedro (en Tres Cantos). Al finalizar el curso 97-98 tuvimos una reunión con la dirección del instituto, en la que, entre otras cosas, y respondiendo a la sorpresa que nos causaba a los padres de los alumnos el que las obras de adaptación del instituto ni siquiera estuviesen empezadas, nos respondieron que el ministerio, a través de la Dirección Provincial de Madrid, y concretamente el subdirector provincial de la Zona Norte, don Agustín Velasco, se compromete "oralmente" a que en septiembre las nuevas aulas estén terminadas.

Nos lo creemos, ya que a cualquier Gobierno, sea el que sea, si algo le interesa lo hace. (Añado a esto que, incluso terminadas las obras con las nuevas aulas, ni siquiera se cumplirá con el "decreto de mínimos").

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Pasa el verano, y resulta que las obras empiezan el día que deberían estar terminadas. No recibimos ninguna información y por radio macuto vamos suponiendo lo que será el comienzo de curso.

El curso empieza el 23 de septiembre, y los niños a los que corresponde el instituto de educación secundaria José Luis Sampedro tienen que coger autobuses de líneas públicas regulares para desplazarse hasta el tercer instituto (también sin finalizar las obras). Allí están "de prestado", con una situación en precario de todos sus espacios de aprendizaje. Supongo que por la imposibilidad de acoplar tantos horarios, ya que han reunido a niños de tres institutos, los alumnos no pueden usar el gimnasio, el laboratorio de tecnología, el aula de música, etcétera.

El Ayuntamiento de Tres Cantos también se inhibe del problema; supongo que la adecuada escolarización de sus niños no figura entre sus prioridades políticas. Es mucho más importante autorizar la construcción de viviendas o arreglar los problemas de los vehículos de motor y así poder cobrar más impuestos.

Todos los responsables, tanto del ministerio como del ayuntamiento han desaparecido.

Los padres, los profesores, la dirección del instituto, la asociación de padres de alumnos, estamos consternados. Estamos seguros de que empezará el año y la situación seguirá igual. ¿Qué podemos hacer?

Estas "anomalías" y muchas más repercuten en la educación de nuestros hijos.

¿Por qué los políticos se fijan metas que luego no cumplen? ¿Hasta cuándo vamos a estar en manos de personas sin escrúpulos que juegan con lo único que tenemos? ¿Por qué nuestros hijos, su futuro, el futuro de nuestros país, depende de unos votos? Por mucho que nos cuenten, la realidad es que no existe en España una enseñanza pública de calidad.

Este Gobierno está intentando aplicar una ley en la que no cree, pero que en su día se aprobó con sus votos. La señora ministra Esperanza Aguirre nos cuenta un día sí y otro también lo que ha crecido el presupuesto para enseñanza, cuando en realidad este aumento no está dirigido a mejorar la enseñanza pública (que empeora a marchas agigantadas de día en día), sino la privada.

Por favor, señores políticos, déjense ya de demagogia absurda y de mentir, si es que les queda algo de honestidad y pudor, para que al menos nuestros hijos pudieran aprender algo de ustedes.- .

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