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Nueve reclusos consiguieron evadirse a lo largo de 1998

Hay una vieja máxima carcelaria que defiende el derecho de todo preso a intentar su fuga y otra, forjada a base de la experiencia, que se refiere a los despistes de los funcionarios como la mejor rendija hacia la libertad. Las seis fugas ocurridas en las cárceles durante el presente año, en las que han logrado evadirse nueve presos, han sido consecuencia de otros tantos errores humanos, y nunca de fallos técnicos de seguridad, según fuentes de Instituciones Penitenciarias. A pesar de la huida de tres jóvenes de la prisión de Alcalá-Meco, fuentes de este departamento sostienen que no debe quedar la sensación de que es vulnerable, porque se trata de un penal muy seguro, que actualmente alberga a 800 hombres.Los nueve escapados durante 1998 estaban en Huelva, Palma de Mallorca, Nanclares de Oca (Álava), Jerez de la Frontera (Cádiz) y Alcalá-Meco. Han sido ya capturados cuatro, pero siguen en libertad los tres evadidos el pasado sábado y otros dos que lo hicieron, también de Alcalá-Meco, hace sólo unos meses. Aprovechando también un descuido, los dos presos, destinados al servicio de cocina del módulo de régimen abierto, alcanzaron una furgoneta que les esperaba. También entonces, cuando ya la fuga estaba casi consumada, un guardia civil observó la maniobra, pero ya demasiado tarde.

En 1997 se registraron siete fugas carcelarias, imputables en todos los casos a fallos humanos, según resaltan fuentes penitenciarias.

Día de puertas abiertas

La escapada del sábado se produjo unas horas después de que 200 jóvenes reclusos hubieran compartido con sus familias una jornada de puertas abiertas. Se trata de una iniciativa dirigida a facilitar la rehabilitación de los presos que están siguiendo un programa de desintoxicación.La jornada de convivencia se cerró con un aperitivo, después de una conferencia a cargo de un especialista en sida y una charla del director de la prisión, Jesús Calvo. La fuga de los tres reclusos se produjo horas después de que se marchasen los visitantes, sin que hubiese ninguna relación entre una cosa y otra, según los medios informantes.

"Alcalá-Meco es un centro seguro y mantendremos los mismos principios. En modo alguno vamos a convertir esta prisión en un búnquer cerrado a la sociedad", manifestó ayer un alto cargo del Ministerio del Interior.

Fuentes penitenciarias insisten en que la seguridad en los penales es buena, como lo demuestra la baja cifra de evasiones. Otra cosa distinta es que haya muchos más reclusos que aprovechen para escapar los permisos temporales o su situación de semilibertad.

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