La economía japonesa entra en recesión

El producto interior bruto (PIB) japonés decreció un 1,3% durante el primer trimestre del año, según informó ayer la Agencia de Planificación Económica (EPA) de Japón. El retroceso es el segundo consecutivo, tras otro del 0,4% registrado en el último trimestre de 1997. Sobre el conjunto del año fiscal, finalizado en marzo, la segunda mayor economía del mundo registró un decrecimiento del 0,7%. La economía japonesa ha entrado en abierta recesión.

Desde el periodo comprendido entre 1974 y 1975, los años posteriores a la primera gran crisis petrolera, la economía japonesa no conocía una situación de recesión de este calibre. Además esta vez es peor, pues hace 23 años el decrecimiento registrado fue del 0,5%.

Los inversores se vieron forzados a prestar atención simultánea a dos mercados, la Bolsa y las divisas, y en ninguno de ellos encontraban motivos para estar tranquilos. El yen llegó a caer hasta 144,58 frente al dólar y el marco estuvo a punto de romper la resistencia de 1,8, mientras que la peseta llegaba a cambiarse a 153,50 por dólar.

A media tarde se produjeron algunas retiradas de beneficios sobre el dólar, que suavizaron la tensión en ese mercado, pero muy pronto se pudo comprobar que la divisa estadounidense es uno de los pocos activos fiables en los que colocar el dinero.

Tranquilidad china

Las noticias que llegaban de China, con un incremento de 1.000 millones de dólares en sus reservas de divisas desde comienzos de este año, conseguían tranquilizar los mercados sobre una posible devaluación del yuan, debido sobre todo a la caída de las importaciones de una economía poco volcada en el consumo. La balanza comercial china apunta un superávit que difícilmente justificaría una devaluación, aunque las exportaciones empiezan a frenarse debido a la competitividad de otras divisas y a la crisis que afecta a toda la zona.Ni estos datos ni el anuncio de la puesta en marcha del plan japonés para aportar 16 billones de yenes para sanear las instituciones financieras, que si por fin comienza a andar empezará a notarse en otoño, consiguieron tranquilizar los mercados financieros occidentales, también conscientes de que la propia altura de las cotizaciones se ha convertido en un riesgo añadido en momentos como el actual.

El dinero que sale de las bolsas encuentra refugio en la renta fija, lo que provoca el curioso efecto de hacer caer los tipos de interés al tiempo que bajan las bolsas, pero estos tiempos parecen favorecer las paradojas, y la principal está en un fuerte crecimiento económico sin repercusiones sobre la inflación y que hasta puede dar paso -ya vuelve a hablarse de ello- a un proceso deflacionista del que se desconocen las consecuencias.

La pertinaz caída del yen pone ahora, más que nunca, al Gobierno japonés en la obligación de solucionar con eficacia y con la mayor urgencia la situación de los créditos bancarios incobrables, de más de 22 billones de yenes (24,1 billones de pesetas), que impiden la circulación de los préstamos que las empresas japonesas necesitan para recuperarse.

Japón ha tocado fondo, todo está mal y la situación va a peor. En el mes de mayo pasado, el número de quiebras de empresas japonesas subió un 37,5% con respecto al mismo periodo del año anterior. El volumen de deuda de las empresas aumentó un 55% respecto a 1996, hasta llegar a 827.520 millones de pesetas. La tendencia indica que el número de quiebras aumentará y que se irá trasladando de la pequeña y mediana empresa a compañías de gran envergadura.

Los suicidios provocados por dificultades económicas aumentaron un 18% en 1997 respecto al año anterior, según la estadística de la Agencia de la Policía Nacional de Japón. De un total de 24.394 suicidios, 3.556 estaban relacionados con problemas económicos. El Parlamento japonés rechazó ayer una moción de censura presentada por la oposición al Gobierno de Ryutaro Hashimoto por no haber sido capaz de sacar al país de la peor crisis económica de los últimos tiempos. La moción fue una iniciativa del Partido Demócrata, el mayor opositor del gobernante Partido Liberal.

Bolsas en picado

La situación económica japonesa mantiene en vilo los mercados financieros occidentales. La reacción de la Bolsa de Tokio se limitó, en la sesión de ayer, a enjugar las pérdidas y a recuperar ocho yenes respecto del nivel previo, con lo que el Nikkei continúa pegado al soporte de los 15.000 yenes. Para los inversores occidentales es como estar con un pie en el aire. Las bolsas europeas fueron otra vez víctimas de la situación y las pérdidas superaron con facilidad el 2%, el mejor reflejo del temor que despierta en Occidente la crisis del gigante asiático.

La Bolsa de Madrid perdió el 1,99%, 17,33 puntos, y también se situó en zonas complicadas,una situación que comparte con la mayoría de los mercados y que confirma la existencia de una tendencia global a la que será difícil sustraerse. Ayer, el pulso del mercado se tomaba a través de Wall Street, que aguantó sin grandes sobresaltos hasta el momento del cierre de las bolsas europeas, para ampliar su descenso a media sesión hasta 128 puntos. Luego inició una recuperación espectacular y cerró con un avance de 23,17 puntos (0,26%). El índice Dow Jones quedó en 8.834,94. En cambio, París cedió el 2,19%; Francfort, el 2,89%, y Londres, un 1,41%, mientras que Milán perdía el 2,41%.

En los mercados bursátiles asiáticos, la situación fue similar a la del martes pasado. La Bolsa de Seúl (Corea del Sur) fue la más perjudicada, con una caída del 8,1%, hasta niveles que no alcanzaba desde 1987. Parte de esta bajada también se debió a que el banco central reconoció ayer que espera que el PIB registre en el segundo trimestre también tenga crecimiento negativo.Taiwan cayó un 1,3%; la de Malaisia, un 2,2%; la de Indonesia, un 0,7%, y la de Tailandia, un 1,6%. La Bolsa de Filipinas no operó ayer porque el país festejaba el centenario de su independencia de España. Hong Kong, Singapur y Australia cerraron sus jornadas al alza.