CRÍTICA » CLÁSICA Platón entre sus discípulos
Carlo Maria Giulini Obras de Schubert y Brahms. Joven Orquesta Nacional de España. Director: Carlo Maria Giulini. Palau de la Música, Sala Iturbi. Valencia, 19 mayo 1998.Cabe dentro de lo posible que este concierto de Giulini en el Palau haya sido inferior, en los resultados puramente sonoros, a otras actuaciones del maestro en el auditorio valenciano. En lo que atañe a las emociones, sin embargo, éste del martes se llevó la palma. Hubo en él una comunicación muy especial entre director, músicos y público. Giulini dio sabiduría y profundidad en el concepto de las sinfonías interpretadas. Para empezar, una Cuarta de Schubert amplia en el tempo, minuciosamente narrada en el allegro vivace, cantado el lied orquestal del andante, abrupto el ritmo en el minuetto, denso y concentrado el tejido sonoro en el allegro final. La Primera de Brahms, como siempre sucede en Giulini, tuvo emoción lírica a raudales en el andante, pero la tensión del tiempo final fue relajándose a medida que se acercaba el instante culminante de la obra y no se alcanzó la grandiosa resolución que en otras oportunidades le escuchamos al maestro. La relación de Giulini con los instrumentistas de la JONDE, su entrega mutua durante los ensayos y en el concierto y la experiencia impagable que para un músico joven representa haber tocado bajo la mirada de uno de los mayores mitos de la dirección orquestal de este siglo, todo ello importa más en esta ocasión que el detallismo de los fallos o los aciertos. De unos y otros hubo -más de los segundos que de los primeros- en este recorrido en pos de la sabiduría. Estos días Giulini parece moverse entre sus jóvenes músicos con el halo de espiritualidad que envolvía al anciano Platón cuando, enseñando, paseaba con sus discípulos.
