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Un centenar de encapuchados aterroriza de madrugada una localidad de Vizcaya en fiestas

Un centenar de violentos, perfectamente organizados y con una estrategia clara, volvieron a llenar de miedo las calles de una localidad del País Vasco. Cerca de una centena de encapuchados pelearon con la Ertzaintza durante 45 minutos en la madrugada de ayer en Abadiño, un pueblo del Duranguesado vizcaíno que no llega a los 7.000 habitantes. Divididos en pequeños grupos para dificultar la intervención de la policía autonómica, que no efectuó ninguna detención, los vándalos atravesaron barricadas en llamas y cruzaron automóviles en las carreteras de acceso al pueblo en fiestas.

Los encapuchados, que a pesar de ser tantos pasaron inadvertidos entre la gente que disfrutaba de las fiestas de San Prudencio, en el barrio de Matiena, comenzaron a arrojar cócteles mólotov contra las patrullas de la Ertzaintza que llegaron a desbloquear las citadas vías. Los enfrentamientos, que comenzaron a las dos menos cuarto de la mañana, se prolongaron durante cuarenta y cinco minutos. Los únicos destrozos reseñados fueron la rotura de las lunas de una sucursal del Banco Bilbao Vizcaya y otra de la Caja Laboral. La cuidada organización y entrenamiento de los vándalos hizo posible que los pequeños grupos en los que actuaban se disolvieran entre los que participaban en las fiestas del pueblo. No hubo detenidos, pero, según fuentes de la Ertzaintza, se ha identificado a un par de personas que intervinieron en los hechos.A tenor de lo ocurrido en Abadiño, las inusuales declaraciones del portavoz de la Mesa Nacional de Herri Batasuna, Joseba Permach, del pasado jueves no han calado en los saboteadores callejeros. Permach pidió a los radicales que "reflexionen sobre las consecuencias" de sus actos, "que afectan directamente a las clases sociales más populares". El portavoz de la Mesa Nacional de HB se refería concretamente a la quema de un autobús urbano en pleno centro de San Sebastián ocurrido el martes.

El precedente de Barakaldo

El 24 de enero ya sucedió una situación similar a la de Abadiño en la localidad vizcaína de Barakaldo. En aquella ocasión, 180 encapuchados tomaron las calles de la ciudad durante un par de horas, durante las que camparon a su antojo, quemaron una decena de coches, destrozaron cabinas telefónicas y apedrearon una ambulancia.El ataque volvió a coincidir con las fiestas del pueblo y la Ertzaintza tampoco detuvo a nadie durante los disturbios, aunque días después fueron arrestadas cinco personas. T

ras aquellos sucesos arreciaron las críticas de los vecinos de Barakaldo hacia la actuación de la Ertzaintza. El consejero de Interior vasco, Juan Maria Atutxa, declaró entonces: "A menudo nos fijamos en si ha habido detenciones. Hay que dejar pasar tiempo. Llegarán". Añadió que no resultaba conveniente desviar la mirada de los verdaderos responsables de los altercados.

El presidente del PP en Vizcaya, Leopoldo Barreda, expresó ayer su más contundente rechazo a los incidentes ocurridos en Abadiño. Según Barreda, este tipo de algaradas callejeras, llevadas a cabo por grupos "fascistas", están encaminadas "a atemorizar a la sociedad vasca". Mediante un comunicado, el presidente de los populares vascos felicitó a la Ertzaintza por su intervención. "Probablemente ha evitado males mayores, ya que estos fanáticos, perfectamente organizados, son capaces de cualquier salvajada con tal de conseguir sus propósitos de intimidar y atemorizar a la población", agregó. Para Barreda, estos grupos de violentos han demostrado "una vez más" cuál es su concepto "de libertad y democracia".

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La policía autonómica sí detuvo ayer en la localidad vizcaína de Getxo a dos jóvenes por su relación con algaradas callejeras. En las misma operación, la Ertzaintza registró un caserío, del que se llevó diverso material informático.

También ayer ingresaron en prisión, por orden de la Audiencia Nacional, dos jóvenes detenidos el pasado jueves en Urretxu (Guipúzcoa) cuando se disponían a recoger cócteles químicos para utilizarlos en actos vandálicos. Estos jóvenes tenían en un cabaña situada en un pinar un arsenal de 90 artefactos incendiarios.

Dentro de la campaña de actos violentos de este fin de semana destaca también la quema, la noche del sábado, de dos contenedores de basura en Pamplona y otro en el polígono industrial de Burlada. Durante los tres días festivos del puente de mayo en Navarra fueron incendiados nueve contenedores.

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