Los líderes madrileños del PP buscan soluciones a la inseguridad ciudadana

El restaurante Lhardy ofreció ayer sus callos y su cocido a los líderes del PP en Madrid. Comieronjuntos el ministro de Economía, Rodrigo Rato; el presidente regional, Alberto RuizGallardón; el alcalde, José María Álvarez del Manzano; el presidente del PP-Madrid, Pío García Escudero, y el delegado del Gobierno, Pedro Núñez Morgades, que fue invitado para hablar de inseguridad ciudadana. El alcalde expuso la necesidad de decidir cuanto antes la candidatura olímpica de Madrid.

Con destacada insistencia, aparece la inseguridad ciudadana como uno de los problemas principales que apuntan los ciudadanos en las encuestas encargadas por el PP. "Es sorprendente que, cuando el resto de problemas como el paro, el consumo de drogas, los atascos o la contaminación suben y bajan en las diferentes encuestas, la delincuencia ciudadana permanece siempre arriba", señaló un alto cargo de la dirección regional. En 1997, la Comunidad registró 178.000 delitos, a una media de 488 diarios, 20 a la hora. La cúpula popular madrileña incluyó esta preocupación como menú especial de la cumbre celebrada ayer e invitó para la ocasión a quienes más datos tienen sobre el asunto: el delegado del Gobierno en Madrid, Pedro Núñez Morgades, y el concejal de Seguridad Ciudadana y primer teniente de alcalde, José Ignacio Echeverría.

Se quejó Núñez Morgades de la falta de plantilla y de material para combatir con más eficacia la inseguridad ciudadana de la región. Rodrigo Rato entendió el lamento y garantizó mayor esfuerzo estatal para luchar contra la delincuencia en la Comunidad de Madrid. De paso, todos se comprometieron a impulsar la coordinación del Cuerpo Nacional de Policía y de la Policía Municipal para aumentar la eficacia de los cuerpos de seguridad.

Guerra entre instituciones

Zanjado este asunto, los comensales, entre los que también se encontraban el coordinador del PP en Madrid, José Manuel Fernández Norniella, recuperado de una dolencia grave; el secretario general del PP-Madrid, Ricardo Romero de Tejada, y el portavoz del PP en la Asamblea, Manuel Cobo, fueron abordando los asuntos habituales. Volvieron a tratar de las guerras entre instituciones, aunque todos coincidieron en que ahora hay paz. Sólo un tema permanece empantanado: la Ley de Capitalidad, que RuizGallardón y Álvarez del Manzano no han logrado consensuar después de tres años de cohabitación en Madrid. "El alcalde", aseguró uno de los participantes en la comida, "se ha comprometido a firmar un acuerdo sobre la futura Ley antes de que finalice la legislatura".

El futuro olímpico de la capital también se comió algunos minutos del almuerzo. El alcalde planteó la necesidad de decidir cuanto antes la presentación de la candidatura de Madrid para la celebración de los Juegos Olímpicos. Ruiz-Gallardón, que acogió con entusiasmo este proyecto, apoyó al regidor. Y Rato también, aunque expresó que es preciso discutir el asunto con José María Aznar, dado que Sevilla sigue manteniendo intactas sus aspiraciones, pese a haber perdido en la última carrera por organizar unos Juegos Olímpicos, y podría originarse una guerra poco grata entre grandes ciudades, y ambas gobernadas por el Partido Popular.

El empleo va bien en la Comunidad, según coincidieron todos los políticos populares citados al almuerzo, llevando la contraria a sindicatos e izquierda regional, que no estaban invitados. ''La construcción", explicó uno de los dirigentes del PP que habló con este periódico, "está tirando del empleo. El nuevo Plan General de Madrid,, aprobado en 1997, y la ampliación del metro, la mayor obra de este tipo que se ejecuta en toda Europa, ayudan mucho".

Y, sin más temas sobre los que dialogar, salvo algunos internos del Partido Popular y varias referencias a las primarias del PSOE, dieron por concluido el almuerzo para volver al Gobierno. Salió primero Rodrigo Rato, que tenía asuntos pendientes en el Congreso de los Diputados. Y mucho más tarde escaparon a sus despachos, contentos y en paz, Ruiz Gallardón y el alcalde.