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Entrevista:

"Creo que Madrid cada vez tiene menos truco"

Imagínese que trocea esta página del periódico, escoge cinco palabras del pedazo más pequeño y se lo guarda en el bolsillo muy seguro de que nadie ha visto su elección. Entonces alguien que ha estado presente le entrega un sobre cerrado una semana antes y cuando lo abre descubre que contiene las mismas palabras que había escogido. Siendo insólita la experiencia, más asombro le causaría saber que quien acertó el enigma no se anuncia como adivino con poderes sobrenaturales, sino como un mago profesional que le acaba de hacer una demostración de sus habilidades. Este juego se incluye en el repertorio de Rafael Pícola (Madrid, 1966), especialista en mentalismo y magia con cartas y objetos pequeños, que tan pronto se sube a un escenario para actuar como imparte cursos de magia. Ha trabajado en vanas ocasiones con Juan Tamariz, a quien considera uno de sus maestros, participa cada lunes en las reuniones que celebra el Círculo Mágico de Madrid, un selecto grupo de ilusionistas a los que les llega el alba inventando trucos o simplemente haciéndolos, y se siente feliz de haber llevado su magia a cárceles y hospitales. Vive con tanta pasión su oficio que durante la entrevista hace desaparecer objetos casi de forma automática, pero admite que no averiguar el truco no significa ser tonto. Acaba de ganar el premio a la especialidad de cartomagia en el Congreso Nacional de Magia de Francia celebrado el mes pasado en La Baule.Pregunta. Dice usted que todo tiene truco, incluso Madrid.

Respuesta. Sí. No hay fenómenos paranormales. El mago juega con la psicología y la memoria del espectador, pero también lo hacen quienes dicen ser videntes. De hecho, yo conozco algunos magos que tienen consultorios donde adivinan el futuro. En cuanto a Madrid, creo que cada vez tiene menos truco, antes había más encanto porque se vivía la noche y la ciudad era más bulliciosa. Me parece que el Ayuntamiento no hace mucho por reanimarla.

P. ¿Así que necesitaríamos un mago como asesor municipal?

R. Seguro que sí, nos iría mejor a todos si en general los políticos utílizaran esa ayuda, aunque mucho me temo que se hiciera realidad un cuento que dice: "El mago levantó la mano y acabó con la injusticia, el hambre y la guerra. Entonces el político levantó la mano y acabó con el mago".

P. ¿Qué haría desaparecer de Madrid por arte de magia?

R. Me llevaría toda la burocracia que soportamos al ser la capital del Estado. Crearía una ciudad ministerial a las afueras y así evitaríamos muchas manifestaciones. Luego aprovecharía el espacio para hacer más calles peatonales y construir muchos kilómetros de metro.

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P. ¿Qué esconde en la chistera un mago castizo?

R. Un oso, ¿no? [risas].

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