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Muere Farruco, el gran patriarca gitano del baile jondo

El bailaor fue una figura singular e independiente dentro del flamenco

En la madrugada de ayer murió en Sevilla Farruco. Llevaba diez días en coma. Su frágil corazón no soportó más una vida en la que no se le cuidaba demasiado, pues aunque había sufrido alguna intervención quirúrgica, Farruco, contra toda prohibición facultativa, seguía bailando, fumando y bebiendo cuando le placía. Fue uno de los más grandes bailaores de esta segunda mitad del siglo.

Patriarca de una larga saga familiar, Antonio Montoya Flores Farruco (Pozuelo de Alarcón, Madrid, 1935), fue un caso aparte entre las grandes figuras del baile flamenco de todos los tiempos. Por su rebeldía, por su independencia, por la rabiosa reivindicación que hacía del gitanismo de su arte. "Soy un gitano verdadero, de los más puros", decía.Sobrino nieto del genial guitarrista Manuel Montoya, perteneció a una familia de gitanos canasteros que andaba por los caminos con su carro y buscaba cobijo bajo los puentes para dormir. Hay quien ha querido ver en el baile de Farruco cosas del trote de los animales, de sus movimientos. Y él mismo asumía que aprendió a bailar en el vientre de su madre: "Imagínate a aquella gitana con el lío, los caminos, las canastas, y yo por dentro...". Hacía la cuca, ese salto que dan las caballerías "cuando se ponen fárrucos".

Pero el nombre artístico no le venía de ahí, ni de su mal carácter como han apuntado otros, sino de su madre, que bailaba bien y a quien llamaban La Farruca; Antonio fue primero el Niño de la Farruca, y después Farruco a secas. Se casó a los 14 años, a los 15 fue padre, a los 16 enviudó, a los 33 era abuelo. Su único hijo varón, a quien llamaban Farruquito, murió en accidente de carretera cuando, tenía 18 años y era ya un bailaor perfecta reencarnación del padre. Para el patriarca fue un golpe del que le costó años salir: abandonó el baile, nada le interesaba de la vida.

El nieto

Ahora Farruco tenía todas sus esperanzas puestas en un nieto a quien llaman también Farruquito, nacido en 1983 del matrimonio de su hija Rosario y del cantaor El Moreno. En espectáculos familiares, en la película Flamenco de Carlos Saura, en el docudrama de televisión Bodas de gloria, se corporeizaba de alguna manera la ceremonia en que el abuelo traspasaba al nieto sus poderes en el baile. Farruquito es realmente un bailaor deslumbrante, que puede romper moldes, pero quien hubiera visto al patriarca jamás podrá olvidar la portentosa personalidad de este auténtico monstruo del baile flamenco, ahora desaparecido.

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