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El ex fiscal general Ortíz Úrculo pide la jefatura de la Fiscalía Antidroga

El ex fiscal general del Estado Juan Cesáreo Ortiz Úrculo se perfila como nuevo jefe de la Fiscalía Antidroga, cargo vacante desde hace casi un año debido a que precisamente él se negó a convocar la plaza a la que ahora concurre junto a otros siete fiscales. Úrculo, cuya etapa al frente de la Fiscalía del Estado se caracterizó por su debilidad ante los fiscales de la Audiencia Nacional y por sumir a la institución en su crisis más grave, será recompensado ahora con un puesto que lleva emparejada su promoción a la categoría de fiscal de sala del Tribunal Supremo, la más alta de la carrera.

Apenas cinco meses después de ser destituido de forma fulminante por el Gobierno por su incapacidad para afrontar la crisis de la Audiencia Nacional, Juan Cesáreo Ortiz Úrculo será, a partir del próximo viernes y salvo sorpresas, el nuevo jefe de la Fiscalía Antidroga, una de las fiscalías especiales que mejor funcionaba hasta ahora y cuya jefatura de hecho ha venido desempeñando el teniente fiscal Javier Zaragoza.La petición de Úrculo se produjo a última hora del lunes, el día en que concluía el plazo para concursar, y, según las fuentes fiscales consultadas, "tiene todas las trazas de un nombramiento pactado previamente con el fiscal general, Jesús Cardenal". El nombramiento corresponde al Gobierno, pero a propuesta del fiscal del Estado y oído el Consejo Fiscal. Úrculo no tendrá problemas con este órgano porque, a excepción de uno, todos los consejeros pertenecen a la Asociación de Fiscales, de la que Úrculo fue presidente.

Úrculo, cuya actuación más criticada fue la remoción de José Aranda como fiscal jefe de la Audiencia Nacional, reclama ahora para sí la fiscalía que Aranda solicitó cuando fue defenestrado y que el entonces fiscal general parece haberse reservado tras dejar a Aranda en expectativa de destino hasta el pasado verano. Aranda es ahora fiscal de sala titular en la Segunda del Tribunal Supremo.

La plaza ha sido pedida también por los fiscales de lo Penal Antolín Herrero, Fernando López Fando, Manuel Villanueva, Antonio Salinas y Fernando Sequeros y por los de lo Social Manuel Lamela y Lorenzo Gallardo, todos ellos del Supremo.

La trayectoria de Úrculo en la Fiscalía del Estado se recuerda por la remoción de Aranda, su incapacidad para nombrar un sustituto, su propuesta del ultraderechista Luis Poyatos -retirada a los dos días-, sus órdenes de investigar en los tribunales a los empresarios Jesús de Polanco y Antonio Asensio tras negarse a pactar con el Gobierno el fútbol de pago y su debilidad frente a los fiscales de la Audiencia, a los que impuso unas leves sanciones que aún no han cumplido.

Cuando el pasado 9 de mayo el Gobierno destituyó a Úrculo, el presidente del Congreso, Federico Trillo, considerado su mentor político, no pudo reprimir su alivio. "Ya, era hora", dijo.

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