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Castro gastó bromas durante la crisis de los misiles de 1962

El presidente cubano Fidel Castro se dedicó a gastar bromas mientras el mundo se hallaba en octubre de 1962 al borde de una guerra nuclear durante la crisis de los misiles entre Washington y Moscú, según demuestran documentos oficiales hechos públicos ayer por el periódico francés Le Monde. El rotativo califica los extractos como los más completos publicados jamás sobre la versión de Castro y sobre las reuniones que tuvieron lugar en la Casa Blanca.Grabaciones recientemente desclasificadas de las reuniones en el despacho oval muestran cómo el presidente de Estados Unidos, John F. Kennedy, hizo frente a una intensa presión de generales halcones para invadir la isla caribeña.

Vincent Touze, un académico francés que obtuvo una copia de la versión secreta de conversaciones de Castro en Cuba y encontró los extractos en las citas donde habla Kennedy, explicó que los nuevos documentos muestran el poco control que ejercía el líder cubano sobre las armas soviéticas en su territorio y el papel clave que jugó Kennedy en evitar el estallido de una guerra nuclear.

La crisis que pudo provocar la tercera guerra mundial empezó el 15 de octubre de 1962, cuando aviones espía norteamericanos descubrieron la presencia de misiles soviéticos en Cuba, a pocos kilómetros de Florida. Finalizó 13 días después, cuando el líder soviético Nikita Jruschov aceptó retirarlos.

Castro, en un discurso secreto al Comité Central del Partido Comunista, dijo en 1968: "Estábamos en la antecámara del holocausto y gastábamos bromas sabíamos que nos iba a tocar poner los muertos, pero estábamos decididos a hacerlo".

Jruschov no era de fiar

Fidel no se fió de las intenciones de Jruschov, quien, según Castro, actuó con sospechosa incompetencia. El líder cubano reconoce que actuaron desde el comienzo de forma inocente. "No sabíamos cómo era un misil de este tipo, ni dónde debería de estar instalado", dijo. "Si hubiéramos sabido cómo eran y si nos hubiese tocado el problema de esconder el equipo, lo fácil que hubiese sido camufaarlo todo".El líder cubano dijo que la ausencia de tropas soviéticas suficientes para camuflar los misiles era tan obvia que varios cubanos llegaron a sospechar que se había hecho adrede. "Les puedo asegurar que esto es completamente equivocado: fue un desastre, una falta enorme de previsión".

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Castro afirmó que solicitó 1.000 misiles cuando un mariscal soviético visitó La Habana para sugerir su despliegue, pero Moscú ofreció 40. Además, Castro dijo que había querido informar a Washington antes de que fueran descubiertos los misiles, pero Jruschov se opuso.

El ministro de Defensa cubano y hermano de Fidel, Raúl, dijo al Comité Central: "Jruschov, que era muy maleducado, dijo 'No os preocupéis. Yo, a Kennedy, le voy a agarrar por los cojones".

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