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El mediador estadounidense logra que Arafat se reúna con los israelíes para hablar de seguridad

El presidente palestino, Yasir Arafat, se reunió anoche con altos funcionarios del Gobierno israelí por primera vez desde que el doble atentado suicida del pasado 30 de julio en Jerusalén arruinara los esfuerzos para sacar a flote el proceso de paz. Según fuentes palestinas, el mediador estadounidense Dennis Ross llevó consigo a una segunda entrevista con Arafat al negociador israelí Isaac Molho y el jefe de los servicios secretos (Shin Bet), Ami Ayalon.

"La reunión se está centrando en problemas políticos y de seguridad, pero sobre todo de seguridad", declaró un funcionario palestino que pidió el anonimato. La delegación de Ros, viajó hasta Ramala desde Jerusalén, donde el diplomático estadounidense acababa de concluir su segunda entrevista del día con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu."Tengo la sensación de que hay un deseo de encontrar formas de avanzar, pero va a costar mucho trabajo", había declarado poco antes Ross tras realizar una visita de cortesía con el presidente israelí, Ezer Weizman, cuyo cargo es esencialmente ceremonial. Para empezar su propia viaje a Jerusalén fue objeto de interpretaciones opuestas.

"No habrá proceso de paz sin seguridad", comunicaron los representantes israelíes al enviado estadounidense. "No habrá seguridad sin proceso de paz", le contestaron, invirtiendo los términos, sus interlocutores palestinos.

"El restablecimiento de la cooperación entre los servicios de seguridad israelíes y palestinos debe ser productivo y efectivo", declaró Ross poco después de reunirse por la mañana con Netanyahu en Jerusalén. La cooperación en ese ámbito está suspendida desde hace dos meses a raíz de la construcción de una colonia judía en la colina de Abu Ghneim (Har Homa para los judíos), en el Jerusalén árabe, y la posibilidad de reemprenderla se alejó de forma preocupante con el doble atentado suicida del pasado día 30. "El presidente [Bill Clinton] y la secretaria de Estado [Madeleine Albright] me han pedido que me concentre en las cuestiones de seguridad", explicó Ross a los periodistas.

"Si es así, no hay nada más que hablar", espetó el ministro palestino de Información, Yaser Abed Rabo, al entender que la misión de Ross coincidía plenamente con los intereses israelíes e ignoraba las posiciones de su Gobierno. No obstante, Arafat se mostró dispuesto a reanudar las conversaciones sobre seguridad, pero sólo con la presencia estadounidenese.

Aunque no insistió públicamente en otras condiciones, se filtró que el presidente palestino había pedido a Ross que Israel suspenda el bloqueo territorial, económico y social decretado después del atentado del pasado 30 de julio en un mercado de Jerusalén. El Ejército israelí levantó ayer de forma parcial el bloqueo. Los beneficiarios fueron los ciudadanos de las ciudades autónomas de Yenín, Tulkarem y Qalqilya, así como los cruces de Cisjordania con Jordania y de Gaza con Egipto. De momento, las excavadoras continuaban ayer su trabajo en la colina de Abu Ghneim.

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Por su parte, el Gobierno de Israel exige al Ejecutivo y policía palestinas la detención en masa de militantes y simpatizantes de las organizaciones Hamás y Yihad Islámica, además de la extradición del comandante de la policía autónoma, Gazi Jabali, por su presunta incitación a la violencia contra colonos judíos. Jabali se declaró ayer "respaldado" por Arafat.

"No dimitiré de mis funciones porque estoy completamente respaldado por el presidente Arafat. No soy ciudadano israelí y por tanto no tengo que responder ante los tribunales israelíes de los errores que hayan podido cometer policías palestinos", declaró Jabali a la radio militar israelí.

El frente libanés

Mientras tanto, un soldado israelí resultó muerto y otros tres resultaron heridos en una emboscada de Hezbolá en el sector central de la zona ocupada por Israel en el sur de Líbano, según confirmó un portavoz del Ejército y se atribuyó un portavoz de la milicia pro-iraní en Beirut. La respuesta israelí no se hizo de esperar. Rápidamente la artillería entró en acción y bombardeó los feudos de Hezbolá en esa área, en tanto que varios helicópteros disparaban sus metralletas en dirección hacia donde habían huido los miembros del comando atacante.No obstante, Hezbolá -que ya había negado su participación en el asunto- acusó ayer a los partidarios de Arafat de haber disparado los cohetes Katiushas que el pasado viernes alcanzaron el norte de Israel. Este nuevo de violencia en el sur de Líbano es interpretado por los analistas como un mensaje a Estados Unidos para que no olvide el problema libanés y sirio. De momento, han sido 15 los muertos y 29 los heridos, en su mayoría libaneses, desde el pasado lunes.

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