"Lo más hermoso del Prado es una oreja de 'Las hianderas"
Es el arquetipo de artista inquieto y apasionado. Pablo Rodríguez Guy nació hace 46 añlos a la vera de Despeñaperros (Jaén), estudió en Cataluña, se ganó sus primeras lentejas en frenéticas exposiciones por media Europa ("a Suiza me iba y volvía con mi Diane 6", rememora) y acabó montando su estudio muy cerca de la Puerta del Sol, en tiempos de Tierno, cuando la ciudad era una flesta". Ahora se le encuentra por Pozancos, un diminuto pueblecito junto a Sigüenza (Guadalajara) en el que se recluye para dar rienda suelta a la imaginación de su ágil pincel. Y sus bajadas a la capital le siguen resultando la mar de provechosas: en la última, a finales de junio, pasó por el parque de El Retiro y se hizo con el primer premio (650.000 pesetas) del ya clásico concurso de pintura rápida. Una preciosa vista de la escalinata frente al hotel Florida tuvo la culpa.Pregunta. ¿Por qué eligió ese rincón del parque?
Respuesta. Era un efecto plástico. En ese punto se crea un juego de formas, un cruce de luces y sombras que me cautivó. Marqué la barandilla de mármol en primer término y los árboles de alrededor los dejé difuminados, casi como en una pintura abstracta.
P. ¿En qué estriba el hechizo de El Retiro?
R. En ese contraste tan fuerte entre hombre y naturaleza, probablemente. Y hay que elegir el lugar en función de la hora, el calor y la luz. Por la mañana conviene ir hacia el lado este, a la Rosaleda, mientras que la tarde es deliciosa mirando hacia el Prado y la calle de Alfonso XII.
P. ¿Le interesa particularmente plasmar en sus lienzos la gran ciudad?
R. En mi pintura predomina lo abstracto, pero a veces hago algún apunte. El Rastro, el tramo de Carlos Arniches junto a la Corrala, es un punto que me cautiva.
P. ¿Y qué hay del Prado?
R. Allí me gusta disfrutar de la intensidad del momento. Lo más hermoso que he encontrado es un detalle diminuto de Las hilanderas de Velázquez, una oreja de plasticidad extraordinaria y una tremenda sensualidad. Y también los ojos de los personajes del propio Velázquez: son ojos fisicos, con sus párpados y pestañas, pero van convirtiéndose en mirada. Por lo demás, recomiendo los fantásticos grabados de Durero en la Biblioteca Nacional.
P. ¿Recuerda cómo fue su primer cuadro?
R. Sí, y lo conservo. Fue hace 30 años, un cuadrito tomado de una postal navideña, un paisaje de una verja nevada con un pajarito. Recuerdo que el blanco no me salía de ninguna de las maneras...
P. ¿Para qué le han servido las 650.000 pesetas?
R. Como un empujoncito al ánimo, fundamentalmente.
Pintura rápida de El Retiro. Exposición en la Casa de Vacas (Paseo de Colombia s/n). Hasta el 3 de agosto, de 10 a 14 horas y de 17 a 21. Entrada libre.
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