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Jeff Goldblum, actor de 'El mundo perdido', alcanza la mayor rentabilidad de Hollywood

La continuación de 'Parque Jurásico' bate los récords de taquilla de los últimos años

The lost world (El mundo perdido), de Steven Spielberg, es la tercera película de Jeff Goldblum -junto a Independence day y Parque Jurásico- que bate récords de taquilla de los últimos años -ha recaudado ya cerca de 30.000 millones de pesetas en Estados Unidos-. Pero el actor ha llegado a la megarrentabílidad tras una de las carreras más tortuosas de Hollywood, décadas después de aparecer por primera vez en películas de autores como Robert Altman, Paul Mazursky y Philip Kaufman. "En estos momentos disfruto de este periodo de mi vida, pero ¿quién sabe lo que va a pasar?", afirma sobre su vertiginoso éxito el actor, de 44 años. El mundo perdido llegará a España a finales de agosto.

En la noche del mes de mayo en la que se estrenó El mundo perdido (The lost world) en el Museo de Historia Natural de Nueva York, Jeff Goldblum, el héroe del último éxito de taquilla de Steven Spielberg, parecía estar en todas partes, como si hubiera sido clonado igual que los dinosaurios que tenía como compañeros de reparto. Allí estaba, en una serie de monitores de vídeo, hablando del rodaje de la segunda parte de Parque Jurásico. Allí estaba, en la "sala de la extinción", narrando un corto sobre la teoría de que los dinosaurios fueron aniquilados por un meteoro procedente del espacio exterior. Y allí estaba, arrinconado, con sus 1,92 metros de altura y prácticamente aplastado por una desbandada de niños en busca de autógrafos al menos tan agresivos como los malvados dinosaurios en miniatura de las primeras escenas de The lost world. Al día siguiente dijo: "Eran muy monos. Se me caía la baba". Y no se refiere a aquella especie de estado baboso que experimentó en la película de David Cronenberg La mosca, de 1986.

Vestido de impecable negro de los pies a la cabeza, Goldblum no se ajusta a la imagen que le precede: no tiene nada que ver con el tipo de profesor chiflado que interpreta a menudo. Sus amigos, desde el guionista David Koepp hasta el actor Vince Vaughn, imitan perfectamente la característica forma de hablar de Goldblum: una especie de conversación a lo Thelonious Monk con frases para cambiar de tema rápidamente, entonación suave y repetición de algunas palabras clave. Pero en persona, pese a sus tics verbales, Goldblum. es la viva imagen del zen.

Omnipresencia

Goldblum comenta sobre su actual omnipresencia: "En estos momentos disfruto de este periodo de mi vida, pero ¿quién sabe lo que va a pasar?". Hace cinco años, Goldblum. hizo un papelito en la película de Robert Altman El juego de Hollywood, en la que interpretaba a Jeff Goldblum. Pero en vista del éxito de The lost world, que ya ha recaudado 190 millones de dólares (cerca de 30.000 millones de pesetas) en Estados Unidos, se puede decir sin miedo a equivocarse que Goldblum, de 44 años, ha entrado en esa estratosfera en la que no es ni más ni menos que un actor que lidia valientemente con los más espectaculares efectos especiales.Dean DevIin, que escribió el guión de Independence day con su director, Roland Emmerich, afirma: "Es a la ciencia-ficción lo que Arnold Schwarzenegger es a las películas de acción. Tiene esa habilidad para hacer comprensibles conceptos fantásticos y es una de las pocas personas que puede hablar esa tecnojerga con soltura".

Hay una gran distancia entre el extravagante ciclista que Goldblum interpretó en Nashville y el papel del doctor lan Malcolm, el "caótico" extraordinario de las películas de Parque Jurásico, un héroe de acción para mujeres inteligentes.

Inteligencia

El único denominador común en sus interpretaciones es la capacidad de Goldblum -que también intervino en El sueño del mono loco, de Fernando Trueba- para comunicar un excepcional nivel de inteligencia. "Tendrá que disculpar al doctor Malcolm", dice Richard Attenborough, como John Hammond, en Parque Jurásico, "padece un lamentable exceso dé personalidad". Uno podría decir lo mismo del actor: es un exceso que Goldblum ha ido puliendo hasta convertirlo en un don para crear personajes que resultan cerebrales y atractivos al mismo tiempo. "Jeff es un actor que puede hacer que la frase 'no lo haré' suene interesante y genial", asegura Koepp. "Rezuma inteligencia. Lo que me gusta de él es que se considera el abogado de su personaje. Si cree que estás haciendo algo que rebaja a su personaje o que no está a su altura sale inmediatamente en su defensa. Y tiene una sensibilidad y un ritmo tan especiales que uno estaría loco si no se sentara con él a solucionarlo dialogando".Goldblum se crió en West Homestead (Pensilvania), en una familia con aspiraciones en el mundo del espectáculo. Su padre, Harold, llegó a ser un prestigioso médico. Su madre, Shirley, había sido descubierta por un cazador de talentos en el instituto, pero nunca llegó a ejercer la profesión.

A los 17 años se mudó a Nueva York y estudió con Sanford Meisner en la Neighborhood Playhouse. Cuando el Public Theatre llamó pidiendo "alguien alto", fue elegido para trabajar en el New York Shakespeare Festival, en la obra Two gentleman of Verona, que después se representó en Broadway. Consiguió su primer papel para el cine en 1974, como gamberro en la sangrienta Death wish.

Poco después, Robert Altman, que se había quedado atrapado en Nueva York durante una ventisca, vio a Goldblum en el musical El grande de Coca-Cola y decidió darle el papel de actor frustrado en California split. Goldblum empezó a conseguir a partir de entonces un papel detrás de otro, y entre sus películas pronto se pudieron contar Nasliville, Próxima parada, Greenwich Village; Between the lines y The right stuff.

La elección de Spielberg

Steven Spielberg no se lo pensó dos veces a la hora de elegirle para Parque Jurásico (1993) y confesó que había sido "una elección espontánea". Cuando llegó el momento de rodar la segunda parte, Spielberg dijo: "Nadie más puede hacer de lan Malcolm, aparte de Jeff". En la primera película, el personaje de lan Malcolm estaba siempre presente, criticando a todos y diciéndoles que estaban equivocados. Esta vez, Jeff, en el papel de lan, es la fuerza motriz que impulsa el viaje hacia la aventura.A lo largo de 46 películas, Goldblum. se ha hecho un sitio por sí mismo como bicho raro encantador y excéntrico: el oportunista reportero de la revista People en The big chill, el clásico de Lawrence Kasdan de la época del baby boom; el científico desgarradoramente brillante de La mosca, la espeluznante tragedia romántica de Cronenberg; el artista narcisista de Nine months, de Christopher Columbus, y el estúpido héroe de Independence day.

Para ser un hombre que ha conseguido hacer comercial la teoría del caos, Goldblum. tiene una modestia que desarma. "Me moría por ser actor, y eso es lo que he pretendido desde el principio", confiesa el artista. "Y supongo que he probado todo lo que me ha interesado. Pero me siento a gusto haciendo unas cuantas cosas, y creo que eso se debe en parte a que a mí todo me parece que es actuar".

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