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El Gobierno argentino pide a la Marina que destituya de inmediato a Astiz

Juan Jesús Aznárez

El ministro de Defensa argentino, Jorge Domínguez, ordenó al jefe de la Marina, almirante Carlos Marrón, que no asigne funciones al capitán de fragata Alfredo Astiz, condenado a cadena perpetua en Francia como autor del asesinato de dos religiosas galas durante la represión Ilegal de la última dictadura castrense (1976-1983). La revelación de que el oficial trabajaba para los Servicios de Inteligencia Naval (SIN) en actividades relacionadas con Chile, pese a su forzado pase a retiro hace ocho meses, desencadenó las protestas francesas y obligó a una reacción del Gobierno, que aseguró desconocer la prestación de esos servicios. "No sabíamos nada", afirmó Domínguez, que tiene previsto recibir hoy al embajador de París para explicarle la situación.La reaparición operativa de Astiz, uno de los símbolos más destacados de los abusos cometidos por el régimen militar, fue conocida por una filtración efectuada al diario Página 12, que ayer destacaba las declaraciones de un alto funcionario de la cancillería francesa: "Estos argentinos nos están tomando el pelo". El Gobierno asegura que no es así, que desconocía "las tareas ocasionales" efectuadas por el capitán en el espionaje del arma más utilizada en la desaparición de personas. El caso Astiz es tan importante para Francia que el reciente viaje de Menem a este país sólo pudo concretarse después de garantizarse la jubilación anticipada del oficial.

El embajador francés, Renaud Vignal, tras destacar que su país encabeza las inversiones extranjeras en Argentina, lamentó la contratación del marino en el ámbito del espionaje naval. Alfredo Astiz, el ángel rubio, integró los Impunes grupos de tareas de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y logró infiltrarse en organizaciones como las Madres de Plaza de Mayo en 1977. Desde dentro facilitó detenciones, entre ellas, las de las monjas francesas.

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