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La ministra de Justicia destituyo a Úrculo porque lo "desbordó" la crisis de la Audiencia

La ministra de Justicia, Margarita Mariscal de Gante, aseguró ayer ante la Comisión de Justicia e Interior del Congreso que el cese del anterior fiscal general del Estado, Juan Ortiz Úrculo, se decidió porque éste se vio "desbordado por los aconteci mientos" en la crisis en la Audiencia Nacional, por la "incomprensible demora" en cubrir la jefatura de la fiscalía de la Audiencia Nacional y porque "no se mostraba capaz" de resolver la situación. Respecto de su sustituto, Jesús Cardenal, Mariscal de Gante defendió su idoneidad para el cargo, aunque admitió que no compartía "la oportunidad" de sus afirmaciones que fueron cuestionadas por el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). Andrés Ollero, portavoz del PP, afirmó que las objeciones del Consejo demuestran que es un órgano "acomplejado por su trayectoria".

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La ministra de Justicia apenas escuchó ayer palabras amables en el Congreso salvo las del portavoz del grupo popular que apoya al Gobierno. Ardió fuego Cristina Almeida, en nombre de Izquierda Unida, quien arremetió en términos muy duros al afirmar que los problemas de. la justicia "van de mal en peor" porque "su ministerio es un desastre y usted como ministra es un desastre". Almeida criticó por "ridículas" las sanciones a los fiscales de la Audiencia Nacional y mostró su preocupación por las afirmaciones del nuevo fiscal general del Estado que merecieron la llamada de atención del CGPJ. "Me pegan un susto tremendo" aseguró Almeida.Luis Mardones, en nombre de Coalición Canaria, habló de la "situación lamentable y penosa en que se encuentra el ministerio fiscal" y señaló que la responsabilidad máxima es del Gobierno por haber permitido que en la Audiencia Nacional se cree una situación que calificó de "auténtico esperpento".

Margarita Uría (PNV) mostró su conocimiento, aprecio y res peto por Cardenal pero aseguró que hubiese preferido un candidato con "un punto mayor de agresividad" para la responsabilidad que tiene que afrontar y apostilló que las afirmaciones de Cardenal sobre el pluralismo político "como causa de muchos males" les intranquilizan.

Sin relevo

Manuel Silva (CiU) criticó que se hubiese cesado al fiscal jefe de la Audiencia Nacional, José Aranda, "sin tener previsto un relevo adecuado". Llamó la atención sobre los peligros del "estrellato" en la fiscalía y admitió irónicamente que la situación en la Audiencia Nacional constituye "un gran chollo para ejercer la oposición".Juan Alberto Belloch, portavoz socialista, en tono muy pausado lanzó las mayores cargas de profundidad al concluir que la ministra y el Gobierno son responsables de haber bloqueado "la solución al motín de la Audiencia Nacional", de haber nombrado a Úrculo-"el más incompetente fiscal general del Estado", dijo-, y del "perfil ideológico escogido para el nuevo fiscal general del Estado". Según Belloch, el nombramiento es una "decisión legítima" del Gobierno, pero define su actitud política al haber elegido a una persona que presenta un claro "perfil de ultraderecha y ultramontano".

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Ollero, en nombre del PP, defendió a ultranza la actuación de la ministra y acusó al PSOE de haber dejado pudrirse durante dos años la situación en la Audiencia Nacional.

El portavoz popular enfatizó que Úrculo es el único que ha intentado solucionar la crisis de este organismo judicial, pero, al final, dio un viraje y sorprendió a la comisión al afirmar que "Úrculo le ha creado problemas políticos al Gobierno, y el Gobierno se los ha dejado crear, hasta que el Gobierno ha dicho basta ya". Es cierto que Ollero lo dijo como ejemplo de la autonomía que el Ejecutivo concedió a Úrculo incluso para equivocarse.

Más singular fue su defensa del nuevo fiscal general porque al comentar los reparos constitucionales que se han hecho a alguna de sus afirmaciones aseguró que también "dentro de la Constitución se pueden decir muchas tonterías" y que las objeciones que se hicieron "muestran a un Consejo General del Poder Judicial acomplejado por su trayectoria" que adoptó la decisión para conseguir la unanimidad. Belloch hizo constar la protesta del grupo socialista por el modo en que Ollero había hablado del Consejo del Poder Judicial.

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