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El narcotráfico y la política de EE UU

Ernest Drucker, del Albert Einstein College of Medicine, de Nueva York, arrancó ayer su intervención en el IV Congreso Nacional sobre el Sida con una fuerte crítica a la política que se aplica en Estados Unidos para luchar contra la drogadicción, una de las principales causas de aparición del sida."Hay que abandonar las políticas prohibitivas y apostar por la reducción de daños", dijo Drucker, tras afirmar que prohibir las sustancias narcóticas no hace más que agravar el problema.

Drucker, que ha centrado sus investigaciones en los problemas sociales de la infección y sus consecuencias sanitarias, abogó por los programas de dispensación de metadona y de intercambio de jeringuillas -métodos habituales en muchos países europeos- y criticó "la conspiración del silencio" que se practica entre los políticos de Estados Unidos. Para Drucker, esta política no hace más que convertir el problema en un conflicto mayor.

"Si los programas preventivos que se aplican en España se hubieran puesto en marcha en Estados Unidos, se habrían evitado 20.000 nuevos contagios", lamentó Ernest Drucker. El científico estadounidense citó los experimentos que se están llevando a cabo en países como Suiza o Alemania, en donde se administra sustancias como heroína y codeína a los adictos, bajo supervisión médica. Además, Drucker denunció la intolerancia de Estados Unidos, donde existe un fuerte rechazo a la reinserción del drogadicto, que según la opinión del científico es "tan enfermo como el que padece el sida".

Y además insistió en que marginar y llevar a prisión a los adictos no soluciona el problema". Tampoco fue optimista al referirse al fenómeno del narcotráfico y, tras afirmar que es un problema en aumento, dio unas recomendaciones: "Es necesario introducir programas de educación en los niños, para que no se destruya lo que queda de la sociedad" concluyó.

Según los datos aportados en el congreso valenciano, el 60% del los enfermos de sida en España son adictos a las drogas y se estima que alrededor del 70%, de ellos sufre hepatitis crónica C además del VIH.

La explicación radica, según los expertos, en que ambas enfermedades tienen como origen el consumo de drogas por vía parenteral. La enfermedad hepática vírica es el motivo que mayores ingresos hospitalarios provoca entre los enfermos de sida y en algunos casos es la causa directa del fallecimiento del paciente portador del virus.

Según el doctor Lissen, del hospital Virgen del Rocío de Sevilla, la coinfección del VIH y del virus de la hepatitis C acelera "de un modo enormemente llamativo" la aparición de cirrosis hepática.

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