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MÉXICO

Se despidió Manzanares

, Al compás de Las golondrinas Manzanares dio un recital del buen toreo cortándole una oreja al toro de su despedida de la afición capitalina.

Con entusiasmo esperó a Coquilla recetándole por el izquierdo dos artísticas verónicas y una media de cartel. Con la muleta estuvo inspirado. Tiró del noble ejemplar y le instrumentó una tanda de profundos y suaves derechazos; también una serie de acompasados naturales y en ambos casos abrochó con el de pecho barriendo los lomos del adversario. Aunque la faena fue breve, el alicantino la desarrolló con fidelidad a su peculiar estilo.

Al incierto primero Manzanares le enjaretó pases de calidad por el manejable pitón derecho y a media altura porque el enemigo no humillaba. Despachó demasiado pronto al astado y le abuchearon.

Mora / Manzanares, Capetillo, Armillita

Toros de Vicky de la Mora, cuajados, excepto 2º y 3º; descastados, sin fuerzas. Regalo del sobrero de De Santiago, presentable, manso. Manzanares: siete pinchazos y estocada baja contraria (abucheos); media desprendida (oreja). Guillermo Capetillo: seis pinchazos -aviso-, descabello y estocada baja (división); pinchazo y media contraria (pitos); pinchazo, bajonazo y se echa el toro (silencio). Miguel Armillita: pinchazo y estocada desprendida (silencio); seis pinchazos -aviso- y dos descabellos (silencio).Monumental Plaza México, 9 de febrero. Un cuarto de entrada.

Capetillo saludó al inválido segundo con verónicas de embrujo. Pese a que cayó ocho veces el toro, engarzó dos series de bellos redondos aprovechando la bondad de su recorrido. No pudo hacer nada con el descompuesto quinto. Regaló el sobrero, pero resultó probón y el artista nada logró.

El trasteo de Armillita al tercero tuvo que ser el más corto en muchas temporadas: tres minutos. El público había protestado el poco trapío del toro y le pidió que abreviara.

El probón y rebrincón sexto salió con el cuerno izquierdo fracturado por la cepa. El hidrocálido toreó por el derecho y corrió la mano en dos mandonas tandas. Le dio naturales de calidad a cuentagotas pues, al humillar, el burel metía primero el hocico porque se dolía del asta dañada.

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