España mantendrá silencio frente a Cuba a la espera de la posición común en la UE

El Gobierno español no adoptará por el momento ninguna iniciativa diplomática en respuesta a Cuba por la retirada del plácet al embajador José Coderch, a la espera de la aprobación formal por la UE de su "posición común" respecto a Cuba. La diplomacia española no quiere ahondar en un conflicto que, en su opinión, no es bilateral y que está siendo animado por Fidel Castro para justificar problemas internos. Sin embargo, y ante una eventual escalada de la tensión por parte de La Habana, el ministerio baraja varias alternativas de respuesta a la retirada de confianza al embajador español.El ministro de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, que ha asumido personalmente la dirección de la crisis y ha pedido a todos su colaboradores la máxima discreción sobre el contencioso, comparecerá a petición propia el próximo día 4 en la Comisión de Exteriores del Congreso para explicar la posición del Gobierno en el conflicto.

Pese a las consignas del Gobierno de guardar silencio sobre la crisis diplomática, el vicepresidente primero del Ejecutivo, Francisco Alvarez Cascos, mencionó el tema en la Cadena Cope: "Rechazar a un embajador no se puede interpretar como una bofetada a un Gobierno, es un intento de bofetada a una nación".

Por su parte, Matutes se reunió ayer en la Casa de América con todos los embajadores latinaomericanos, incluída la embajadora de Cuba en Madrid, Rosario Navas Morales, que comentó al término del almuerzo que la reunió había ido "muy bien". Matutes señaló que en su reunión con los embajadores latinoamericanos no se había tratado especialmente el tema cubano.

En medios diplomáticos españoles se espera que la tensión ceda en las próximas semanas. Con cierta ironía señalan que lo que, en su opinión, es el origen del conflicto, el documento de la UE sobre Cuba, ha sido ya elogiado por el embajador de La Habana ante el Parlamento europeo. En este sentido, recuerdan que La Habana también suscribió la declaración de Viña del Mar, que produjo la última Cumbre Iberoamericana, que era un canto a las libertades democráticas.

El PSOE que inicialmente criticó la postura adoptada por el Gobierno de Aznar respecto a Castro, pasó ayer a elogiar al ministro Abel Matutes con la intención de establecer distancias entre el ministro y algunos de sus colaboradores. Tanto Alfredo Pérez Rubalcaba, diputado y ex portavoz del Gobierno, como Luis Yáñez, portavoz del PSOE en la comisión de Exteriores, coincidieron en su elogio al ministro Matutes por su laboren "bajarla temperatura" en el conflicto diplomático.

Yáñez dejó entrever la intencionalidad política de estos elogios al subrayar que Matutes "había recuperado un tema que se le había ido de las manos". Para el diputado socialista el origen del conflicto estaba en la política diseñada "desde la Moncloa y Génova, donde no se da ni la profesionalidad ni la experiencia que tienen los funcionarios del Ministerio de Exteriores".

Las críticas del diputado socialista apuntan al secretario de Estado para la Cooperación e Iberoámerica, Fernando Villalonga, y al director general para Iberoamérica, Eduardo Gutiérrez, a los que considera más próximos a los criterios del Partido Popular, siempre crítico con el régimen castrista.

En diversos medios se atribuye a Villalonga y a Gutiérrez la autoría del primer borrador remitido por España a la UE para ser adoptado como "posición común" y que ha sido enmendado por varios países para su aprobación formal la próxima semana.

La única formación que mantiene una posición abiertamente crítica con el Gobierno es Izquierda Unida (IU), que ayer presentó en el Parlamento Europeo una pregunta al Consejo sobre la política de UE hacia Cuba.

Carlos Carnero, portavoz de IU, quiere que el Consejo explique en el próximo pleno del Parlamento Europeo, que tendrá lugar entre el 9 y el 13 de diciembre, si la nueva "posición común" supone un giro sustancial respecto a su anterior orientación hacia Cuba.

Izquierda Unida también quiere que el Consejo explique las diferencias que existen entre el texto final de la "posición común" y el documento propuesto por España y si ello puede facilitar el inicio de conversaciones para alcanzar una cooperación con la isla.