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Victoria del conservador Constantinescu en las presidenciales rumanas

El pueblo rumano decidió ayer pasar una página de su historia eligiendo presidente al conservador Emil Constantinescu en sustitución del ex comunista Ion Iliescu, que ha regido ininterrumpidamente los destinos del país desde la caída del régimen de Nicolae Ceausescu, en diciembre de 1989. Constantinescu, de 57 años, líder de la coalición Convención Demócrata, formada por democristianos, liberales y ecologistas, obtuvo el 54% de los votos frente al 46% logrado por Iliescu, según las primeras proyecciones de voto.

Constantinescu calificó su victoria en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales como "un hito en la historia de Rumania" y una "reparación histórica". "Esta es una victoria para millones de rumanos que vivieron años de represión y mantuvieron la fe en una vida mejor", afirmó. El nuevo presidente de Rumania añadió que no habrá persecuciones ni castigos y que dedicará sus esfuerzos durante los próximos cuatro años a la reconstrucción y no a la destrucción del país.Nada más conocerse los primeros datos que apuntaban a una victoria del líder conservador, miles de jóvenes se congregaron en la plaza de la Universidad para celebrar el triunfo en el lugar donde se registraron las primeras muertes de la revuelta de 1989 y de los disturbios mineros que aplastaron a las fuerzas de oposición en 1990 y 1991. Muchos de sus partidarios gritaban "¡ha caído lliescu!", mientras otros descorchaban botellas de champán.

Por su parte, lliescu, de 69 años, candidato del Partido de la Democracia Social de Rumania, reconoció su derrota y declaró a la televisión nacional que "las fuerzas ahora victoriosas debían asumir la responsabilidad de resolver los difíciles problemas del país" a la vez que expresó su esperanza de "que gobiernen con sabiduría y sin afán de venganza".

Apoyo de Petre Roman

Clave del triunfo de Constantinescu ha sido el apoyo del ex primer ministro y líder de la Unión Socialdemócrata, Petre Roman, que quedó en tercer lugar en la primera vuelta. Roman afirmó que lo ocurrido en la urnas representa "un gran triunfo de la democracia y pone fin a la confiscación de la revolución [la de diciembre de 1989 que acabó con la dictadura comunista de Ceausescu] por quienes estuvieron vinculados al pasado". Tras la victoria con el 53% de los votos de la Convención Demócrata y de la Unión Socialdemócrata en las elecciones legislativas del pasado día 3, Constantinescu y Roman llegaron a un acuerdo para "apartar a lliescu de la vida política, económica y social" de Rumania.Durante la campaña electoral, Constantinescu buscó el apoyo entre los pensionistas y los campesinos, y ayer al depositar el voto con su familia, tras asistir a un servicio religioso ortodoxo en el monasterio de Casin, aseguró: "Si soy elegido no sólo seré un nuevo presidente sino también una clase diferente de presidente. Estaré en contacto con los rumanos". El nuevo jefe del Estado rumano acusó reiteradamente a Illescu de haber propiciado una administración ineficaz y corrupta que ha llevado a los rumanos a la mayor pobreza con salarios mensuales de menos de 100 dólares (unas 13.000 pesetas).

Crisis económica

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La elección de Constantinescu garantiza la gobernación del país, hundido en la corrupción y en la crisis económica. El 40% de los 22,7 millones de rumanos vive por debajo del umbral de la pobreza, según las estadísticas oficiales. Además, Rumania sufre el mayor índice de mortalidad infantil y la más baja esperanza de vida de toda Europa.El líder de Convención Demócrata, que hizo de la frase "un cambio para mejorar" el eje de su campaña electoral, ha prometido llevar a cabo "reformas reales" que pongan a Rumania en la dirección correcta para ingresar en Europa. Una de las primeras tareas de la nueva mayoría parlamentaria, que ya ha anunciado la formación de un nuevo Gobierno para los próximos días, será facilitar que el Fondo Monetario Internacional (FMI) libere un crédito de 250 millones de dólares prometido hace tiempo y que tiene congelado por estar en desacuerdo con la política económica seguida por el primer ministro ex comunista Nicolae Vacaroiu.

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