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El emisario de Clinton para Cuba se deshace en elogios a la nueva política española con Castro

El ministro de Exteriores, Abel Matutes, afirmó ayer que España no colaborará con EE UU para promover la democracia en Cuba mientras esté en vigor la ley Helms-Burton, que prevé sanciones para las empresas que hagan negocios con la isla. El emisario para Cuba del presidente Clinton, Stuart Eizenstat, que se entrevistó ayer con Matutes, se deshizo, por su parte, en elogios hacia la nueva política española en Cuba, y aseguró que parte de las medidas que Washington propone a Europa para democratizar la isla ya las aplica por su cuenta el Ejecutivo español.

Eizenstat, subsecretario de Comercio y representante del presidente de EE UU para Cuba, se reunió ayer en Madrid con empresarios con intereses en la isla y con Organizaciones No Gubernamentales (ONG) españolas que trabajan en Cuba. El plato fuerte de su estancia fue una larga entrevista con el jefe de la diplomacia española.En Madrid -como ha hecho en las capitales europeas que ha visitado hasta ahora, Dublín y Bruselas, y, hará mañana en Bonn- Eizenstat ha sugerido a los gobiernos de la Unión Europea (UE) iniciativas tendentes, según él, a alentar un cambio político en Cuba, y ha explicado también la ley Helms-Burton, que permite castigar a las compañías extranjeras que "trafiquen" con antiguas propiedades norteamericanas expropiadas en 1959 por Fidel Castro.

Concretamente, Eizenstat propugna que las embajadas europeas en La Habana difundan artículos de prensa y vídeos sobre la situación política en Cuba; que en cada representación, diplomática un funcionario esté encargado de los contactos con la disidencia y observe las violaciones de los derechos humanos; que sólo se entregue ayuda humanitaria a las ONG independientes para que el régimen cubano no pueda sacar partido del reparto de alimentos y medicinas y, por último, que la inversión empresarial contribuya a mejorar la propiedad y la libertad de la que gozan los trabajadores y no a fortalecer al castrismo.

"Esa cooperación", que reclama EE UU, "no es posible si una de las partes ya ha iniciado acciones unilaterales", declaró Matutes rechazando ayudar a Eizenstat a causa de la ley Helms-Burton. Se felicitó, sin embargo, de que Clinton haya "suspendido seis meses el capítulo cuarto" de esa ley. El ministro se equivocó porque el presidente norteamericano ha aplazado la entrada en vigor del capítulo tercero, el más dañino de todos.

El jefe de la diplomacia española justificó la decisión que la UE tomó el pasado fin de semana de postergar hasta después de las elecciones presidenciales norteamericanas de noviembre la formulación de una denuncia contra EE UU ante la Organización Mundial de Comercio. Este plazo podrá ser aprovechado, dijo, para "buscar mejorar la concertación con Washington".

Alabanzas

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En mayo, el vicepresidente de EE UU, Al Gore, ya elogió la política cubana del Gobierno de José María Aznar. Ayer, Eizenstat fue más lejos. El nuevo Ejecutivo, resaltó, "ha intensificado el compromiso de España para fomentar el cambio en Cuba". La modificación de la política española es tanto más loable por haberse producido "sin presiones", antes de que Clinton ratifique la ley Helms-Burton. Este cambio de rumbo "ha tenido muy buena acogida en EE UU"."A excepción de España ningún otro país del mundo adopta medidas positivas para apoyar la democratización de Cuba", prosiguió. "De hecho", destacó Eizenstat, "ya ha tomado algunas por su cuenta" de las que Washington propugna enviando a un emisario de Clinton al Viejo Continente. Cabe esperar, concluyó, que América Latina, una región en la que goza de tanta influencia, siga el ejemplo español.

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