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TRAGEDIA EN EL PIRINEO

El río Arás creció de tres a 300 metros cúbicos por segundo en una hora

La tormenta del pasado miércoles descargó un torrente de 160 litros de agua por metro cuadrado sobre el valle de Tena, según el pluviómetro de la presa de Búbal, situada entre Biescas y el balneario de Panticosa. Esa descarga se produjo en menos de dos horas, de modo que sus efectos fueron similares a los de un ciclón tropical, según el meteorólogo Lorenzo García de Pedraza. El caudal del río Arás, que habitualmente canaliza, tres metros cúbicos por segundo, se multiplicó por cien tras la tormenta y alcanzó 300 metros cúbicos.

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Los expertos consideran estas catástrofes impredecibles

El desbordamiento del río Arás destruyó el cámping Virgen de las Nieves, emplazado junto al cauce y en el fondo del valle.Los encargados de las presas lo sabían. Lo supo más tarde Protección Civil de Aragón. Sabían que entre la sierra de Albarracín y el centro de Huesca podían producirse tormentas de "intensidad fuerte o incluso muy fuerte" en puntos muy localizados.

Quienes veranean ajenos a estas previsiones meteorológicas como los campistas de Biescas, no tenían ni idea del riesgo que corrían. Los predictores del tiempo detectaron corrientes muy frías a mucha altura y la entrada en superficie de aire caliente y húmedo desde el Mediterráneo a través del valle del Ebro y los resquicios pirenaicos que abre el valle de Tena por el río Gallego.

El Arás, uno de los pequeños afluentes del Gállego, fue canalizado hace cien años por el Patrimonio Forestal del Estado con la idea de encauzar los deshielos de primavera, procedentes de los antiguos glaciares y morreras pirenaicos, y evitar la erosión de sus márgenes. Justo al borde de su cauce se ubicó el camping Las Nieves hace menos de 12 años.

Lo que se intuía ocurrió. La confluencia de las dos corrientes de aire produjo nubes de convección, que descargaron el agua acumulada como una catarata en sitios tan dispersos como Teruel o el valle de Tena.

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Lluvia torrencial

El Instituto Meteorológico no dispone de puntos de observación cerca de Biescas. Pero las hidroeléctricas como Eléctricas Reunidas sí. Francisco Ara, encargado de la presa de Búbal, seis kilómetros aguas arriba de Biescas, midió 160 litros, de agua por metro cuadrado el miércoles, aunque sólo llovió durante hora y media. Los meteorólogos lo llaman lluvia torrencial a partir de los 60 litros por hora. Es el último índice en la escala de máximas precipitaciones.El caudal habitual del río Arás es de unos tres o cuatro metros cúbicos por segundo. Después de la tormenta, el encargado de la presa de Búbal calcula que superaba los 300 metros cúbicos o más. Su pequeño cauce para canalizar los deshielos primaverales no estaba preparado para esta avenida. Si la tormenta hubiera ocurrido aguas arriba de la presa de Búbal, diseñada para laminar estas avenidas, habría recogido de cuatro a seis millones de litros de agua. "Nadie se hubiera enterado, dice Ara.

Eléctricas Reunidas suspendió el turbinado de la presa y cerró un canal de evacuación para no inundar aún más el valle, que en los últimos diez años jamás había registrado en agosto precipitaciones mensuales superiores a los 162 litros por metro cuadrado, según el registro histórico de Búbal.

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