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Macià Alavedra cree que habrá que recortar también el gasto social

El consejero de Economía de la Generalitat de Catalunya, Macià Alavedra, advirtió ayer que el control del gasto público no podría limitarse sólo al recorte de la inversión. En su opinión, sería arriesgado seguir reduciendo la inversión en los próximos años porque ello podría comprometer el futuro.

Según el responsable de las finanzas de la Generalitat, para contener el déficit habrá que reducir también los gastos de funcionamiento de la Administración y los gastos sociales.

Alavedra hizo estas manifestaciones en la inauguración del curso El futuro del Estado de bienestar, organizado por la Universidad Internacional Menéndez Pelayo. El consejero precisó que en el campo del bienestar social deben introducirse cambios para mantener lo esencial, como las pensiones y las prestaciones al desempleo.

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Antoni Castells, catedrático de Hacienda Pública y director del curso, recordó que con independencia del debate sobre la necesidad de reducir el gasto público, el origen del Estado de bienestar había estado ligado fundamentalmente a las políticas keynesianas, políticas dirigidas al fomento del empleo a base del estímulo de la demanda.

Políticas keynesianas

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El catedrático de Hacienda Pública se preguntó sobre la vigencia actual de las políticas keynesinas y recordó que, sin decirlo, Estados Unidos había estado aplicándolas con éxito. A juicio de Castells, las dificultades para desarrollar hoy políticas de sostenimiento de la demanda en los países europeos derivan de las limitaciones de los Estados para llevar a cabo políticas autónomas tras la liberalización de los movimientos de capitales.Castells cree que en un ámbito más amplio como es el de la Unión Europea estas iniciativas -como el plan Delors de inversión pública- son posibles y necesarias.

Giorgio Ruffolo, diputado del Parlamento Europeo, coincidió con el catedrático de Hacienda Pública al señalar que a pesar de las corrientes liberales no existe contradicción entre la creciente globalización de la economía y el papel del Estado y señaló que la alternativa a la globialización son las políticas públicas supranacionales para mantener la cohesión.

Ruffolo destacó que en el futuro, para poder mantener el Estado de bienestar, sería necesario impulsar un tercer sector de la actividad económica. Este tercer sector, dijo, englobaría a las organizaciones sin afán de lucro dedicadas especialmente a las actividades culturales, a la asistencia activa, servicios medioambientales...

Estas sociedades, aclaró el diputado del Parlamento Europeo, no se limitarían sólo a los grupos de voluntariado, sino que incluirían también las fundaciones de las entidades financieras.

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