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El juez investiga el paradero de 4.600 millones cobrados por Fiter en Urbas

El presidente de Urbas, Ramón Fiter, ha sido requerido por el juez Joaquín Aguirre, instructor del caso Grand Tibidabo para que justifique el destino de 4.4543 millones percibidos por la venta del principal activo de Urbas: su cartera de aparcamientos a Inmobiliaria Colonial, filial al 100% de La Caixa. Algunos accionistas de Urbas, críticos con la gestión de Fiter, afirman que este dinero ha ido a parar a manos de Fitinvest, el holding de Fiter y a la cárnica Explasa, uno de sus principales negocios.

Los accionistas que se oponen a la gestión de Fiter dicen que Incosa pagó 5.800 millones de pesetas por la cartera de aparcamientos, de los cuales se descontaron deudas y se depositó la cifra de 4.643 millones en una cuenta bancaria de Urbas. Este depósito sirvió para pagar 1.020 millones de préstamos facilitados por La Caixa. El resto de la suma habría sido transferida en diferentes partidas a Fitinvest y Explasa, empresas de la órbita de Ramon Fiter, o bien a pagar gastos del presidente de Urbas. Esto significa que 3.623 millones habrían sido desviados para empresas de Fiter.Ramón Fiter, propietario de un 24,8% de Urbas directamente y de un 6% que controla a través de Fitinvest se hizo con Urbas mediante una operación financiada por Grand Tibidabo por orden de Javier de la Rosa a finales de 1992.

Fiter está inculpado en el caso Grand Tibidabo, que le llevó incluso a prisión, ya que avaló los préstamos de Grand Tibidabo con pagarés de la propia Urbas y los sustituyó por otros de Corporación Alimentaría Ibérica (CAI), otra de las participadas de Fiter. Esta empresa fue declarada en quiebra desde el 1 de abril de 1992, con lo que la garantía de los préstamos de Grand Tibidabo se desvaneció y le causó 2.708 millones de pérdidas, según consta en la causa penal de Grand Tibidabo. La sustitución de los pagarés de Urbas por otros de CAI se produjo nueve días antes de que Urbas cobrara de Incosa por la venta de la cartera de aparcamientos.

La auditoría de Urbas aplica un severo correctivo a las cuentas formuladas por la dirección de la empresa. Así, los 35,6 millones de beneficios declarados por el equipo de Fiter se transforman en pérdidas de 354,4 millones de pesetas, ya que los auditores consideran que se han aplicado incorrectamente unos beneficios. Los auditores también se extrañan de que las ventas parciales del principal activo, la Urbanización Sotolargo (Guadalajara), no hayan sido realizadas por Urbas, sino por, Pribersa, titular de las fincas.

Los 354,4 millones de pérdidas "corresponden a la etapa anterior a mi llegada a Urbas", dice Fiter. "Ahora estamos limpios y a la espera de la llegada de unos nuevos inversores -una vez la compañía esté situada en su valor real-, que ampliarán capital al máximo (50% del capital actual) antes de final de año, pero no puedo precisar de quién se trata. Los nuevos accionistas se han comprometido también a una segunda ampliación en 1997", asegura.

Urbas presenta un endeudamiento de 1.549 millones, de los que 851 son a corto plazo, y unos ingresos anuales de 1.413 millones. La junta aprobó, con 1.000 votos en contra, una reducción de capital de 6.122 millones para enjugar pérdidas. Las acciones pasan de un nominal de 500 a 260 pesetas.

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