A Calcaterra, el último:
En el prólogo quedó último Calcaterra. No sé nada de él, pero tiene un nombre bonito, evocador, como el de esos poetas provenzales que peregrinaban a Santiago por el vino y la concha de Venus. ¡Calcaterra!Lo imagino como "el ciclista tranquilo", aposentado en la popa del sillín, disfrutando del paisaje, la brisa y la visión de las muchachas de la campiña con sus trajes estampados de cerezas, mientras los demás clavan los ojos en la quilla de la bici y el asfalto. ¡Calcaterra! Cuando el Tour pase por Carcasona, oboes y laúdes sonarán en honor de Calcaterra.
Y en las páginas miniadas del cancionero del aire, un bardo tabernario escribirá su oda: A Calcaterra, el último del Tour.-
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