Desatención

Nuestro querido país no destaca por la atención que prestan sus gobernantes a la familia. Aun así, algunos vocacionales decidimos tener hijos, resignados a que lo que ellos necesiten proceda casi en exclusiva de nuestro esfuerzo, dedicación y privaciones. Hasta el momento nada que no se sepa.El día 4 de diciembre nació mi cuarto hijo, una niña, María, que por los controles periódicos del embarazo ya sabíamos que venía con un problema serio. Una hidrocefalia con una macrocefalia importante. No contábamos con que al nacer además se le diagnosticara síndrome de Down. Quiero contarle que a estos niños se les considera minusválidos y como tales tienen derecho a ayudas por parte del Inserso y del Insalud.

El primero les proporciona acceso a centros de atención temprana, fundamental para su desarrollo, y el segundo, una ayuda de 6.000 pesetas al mes.

En el centro del Inserso que nos corresponde nos informan, amabilísimos, de que hay muy pocas plazas disponibles, y, como cada niño que ocupa una lo hace por un periodo aproximado de cuatro años, o se recurre a un centro privado o la atención temprana se muda en tardía.

El día 2 de enero y en la oficina del Insalud correspondiente me comunican que la subvención por hijo a cargo se abona trimestralmente, y sólo devengan las solicitudes presentadas antes del último día del mes anterior al del inicio del trimestre, perdiéndose de otra forma el derecho. Insólito. Un niño minusválido nacido el día 1 de enero pierde el derecho a la subvención hasta el 1 de marzo, subvención que se le abonará en junio. Una diferencia de un día en un país en el que es obligatoria la cuidadosa custodia de cada uno de los justificantes de deducciones en la declaración de la renta por si la Administración quiere repasar las cuentas ¡durante cinco años! Y si te devuelven lo que te han cobrado de más lo hacen con el dinero que de nuevo te han vuelto a cobrar, probablemente de más.

Por último voy a la oficina del Instituto Madrileño de Atención a la Infancia con la documentación oportuna para obtener el título de familia numerosa y la funcionaria que atiende la inevitable -por lo visto- cola de "información y cita previa" me indica, de manera amablemente obstinada, que la primera vez que se acude a la oficina no es en ningún caso para efectuar el trámite, sino para obtener la cita previa, que no se puede conseguir por teléfono, sino primorosamente anotada en un papelito al efecto.

Señor director, cuando nació mi hija, mi mujer y yo comentábamos sorprendidos que en cada sitio al que íbamos a que nos orientaran sobre las particularidades de los niños con síndrome de Down nos ofrecían, invariablemente, los servicios psicológicos del centro. Y nos preguntábamos si es tan difícil asumir el nacimiento de uno de estos auténticos ángeles.No, no es difícil en absoluto, pero después del papeleo entiendo el ofrecimiento-