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TEATRO

Un desgarrado 'Testamento' se dicta en el María Guerrero

Testamento es, para su autor, el catalán Josep María Benet i Jornet, "su texto más optimista". Para su director, Gerardo Vera, "un canto a la inteligencia". Para su principal intérprete, Juan Diego -quien comparte reparto con Chete Lera y Amando del Río-, "una propuesta de amor, casi mística, de tal lucidez que llega a producir la necesidad de morir con una tranquilidad pasmosa". El espectáculo se estrena hoy en el María Guerrero y sigue la tónica del Centro Dramático Nacional de dar a conocer obras contemporáneas.

Dicen que Isabel Navarro, directora del Centro Dramático Nacional, tiene la idea, casi obsesiva, de dar a conocer el teatro contemporáneo, sobre todo si es español y de autores vivos. A la hora de la verdad. ha demostrado, en su primera y posiblemente única temporada al frente de esta unidad de producción del Ministerio de Cultura, ese interés. Estos meses atrás fueron Valle-Inclán, el alemán Botho Strauss y el aragonés Javier Tomeo. Ahora le llega el turno al catalán Josep Maria Benet i Jornet, quien hoy estrena, en el teatro María Guerrero la que califica como su obra más optimista, Testamento, con dirección de Gerardo Vera e interpretación de Juan Diego, Chete Lera y Armando del Río.Un optimismo que emana del habitual escepticismo desolador, desgarrado y desesperanzador de este autor, recientemente galardonado con el Premio Nacional de Literatura Dramática. La obra no es precisamente una alegre propuesta, e incluso el director teatral Lluís Pasqual, del equipo de dirección del CDN, la define como una de las escasas tragedias contemporáneas: "Es un texto escrito desde el dolor, desde el caos, que se dirige hacia esa luz que lleva al camino del conocimiento, pero conectado y ligado a la realidad de hoy", señala Pasqual.

Se trata de la tragedia que vive un profesor de universidad, no por el hecho de ser homosexual o padecer una enfermedad incurable, sino por su intento de »trascender, desde la lucidez, a sus miedos a través de las emociones y afectos depositados en un alumno y en su mejor amigo. Benet i Jornet, una vez que aclara que es materialista y piensa que la historia de la humanidad está en sus inicios, dice: "El testamento del que se habla en la obra no es otro que la esperanza de que un día la humanidad entendamos el dolor de la vida, de la muerte, porque entonces entenderemos la tierra".

Amor pretexto

El tema del amor en esta obra es un pretexto para Gerardo Vera: "Se plantea como una necesidad que creamos para estar vivos, para acceder a la intensidad, para entregarnos, aunque sea sometiéndose al dominio de Eros y Tánatos; la cuestión de la homosexualidad y la enfermedad incurable son sólo adjetivos que están de fondo". Para el director, el montaje es un viaje doloroso en el que se plantean cuatro ejes fundamentales de la filosofía: "El miedo (al amor, a la muerte, a las grandes interrogantes del ser humano), la pasión, el dolor (como algo inasible que siempre acompaña a las personas) y la herencia, entendida como la necesidad de perpetuarnos en el otro". Es en este último aspecto en el que Vera coincide con la teoría del autor acerca del optimismo de la obra: "Al final está el triunfo de la lucidez y la obra es un canto a la inteligencia".Vera no oculta elementos comunes entre Testamento y su propia biografía: "Cuando leí la obra me impresionó mucho". El director fue operado hace unos años de una muy grave enfermedad,- hoy ya superada.

Finalmente confiesa que las heridas que tenía abiertas por cuestiones afectivas han cicatrizado al ponerse a trabajar con la obra: "Testamento me ha producido mucho restallido interior", afirma; "yo, que no soy nada llorón, a veces me he visto con lágrimas... Me ha impresionado mucho Juan Diego, a quien también le ha producido una gran emoción la hondura del personaje, hasta el punto de que a veces hemos tenido que cortar los ensayos porque me producía dolor y angustia ver a esa criatura en el escenario, transformándose en el personaje. Es impresionante".

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Para Juan Diego, su papel, el del profesor homosexual, está impregnado de una mística medieval que le retrotrae a san Juan de la Cruz, personaje sobre el que investigó profundamente al interpretarlo. en cine bajo las órdenes de Carlos Saura: "Estarnos ante un hombre que plantea una forma de amar que nos aleja de las historias inmediatas... En la obra, el misterio del amor viene dado desde muy atrás, porque aquí el amor es un don y a través de él se produce la necesidad de morir con una tranquilidad pasmosa".

La estructura de la obra se rompe con unas voces en off, interpretadas por actores conocidos, como Carmelo Gómez, Juan José Otegui, Eusebio Poncela, Pedro María Sánchez, Lluís Omar, Anna Lizarán, Nathalie Seseña, Candela Peña, Ángela Castilla, Gonzalo de Castro o Pastora Vega. Para el autor, estas voces crean un coro que amplía los personajes de la obra.

Testamento. Teatro María Guerrero (Tamayo y Baus, 4, metro Banco y Colón). De martes a sábado, 20.30; domingos, 19.00.

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