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La adicción: un problema para toda la vida

Varios informes clínicos abordan la drogodependencia como enfermedad crónica

En una serie de artículos sobre la adicción que publica este mes The Lancet los investigadores se muestran esperanzados sobre los nuevos tratamientos derivados de un mayor conocimiento de las adicciones, si bien el problema de la adicción aparece tan complejo que es poco probable que la cura esté a la vuelta de la esquina. Como consecuencia, varios expertos en tratamientos contra la droga han llegado a la conclusión de que deberíamos empezar a considerar la drogadicción como una enfermedad crónica, como la hipertensión o la diabetes, lo que puede requerir un tratamiento a largo plazo, si no de por vida.En los últimos años, los científicos han aprendido mucho sobre la drogadicción: cómo afectan al cerebro sustancias adictivas como la heroína, la cocaína y el alcohol, cómo sus efectos pueden causar cambios en las señales cerebrales, y cómo se pueden diseñar nuevos medicamentos para bloquear o disminuir el efecto de estas drogas. Sin embargo, los expertos en el tratamiento de la drogadicción afirman en The Lancet que, a pesar de estos avances, el problema de la adicción es, todavía tan complejo e implica factores genéticos, biológicos, personales y ambientales tan poderosos, que la esperanza de una curación rápida es poco realista. Charles O'Brien y A. Thomas McLellan, de la Universidad de Pensilvania en Filadelfia (EE UU), escriben que los políticos y la opinión pública se equivocan al pensar que una adicción se puede curar tan fácilmente como una pierna rota. Según, ellos, "la adicción es un desorden que dura toda la vida".

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Los factores que hacen que la gente se convierta en adicta son los mismos que la hacen vulnerable a una recaída después del tratamiento. Los estudios han mostrado que algunas condiciones sociales, problemas personales e incluso rasgos genéticos -factores de difícil control individual- pueden aumentar considerablemente el riesgo de que una persona se convierta en adicta. Además, actualmente es evidente que algunas drogas adictivas pueden provocar cambios poderosos y de larga duración en las vías cerebrales que hacen que el ansia por la droga persista durante mucho tiempo después de que la persona haya dejado de tomarla.

Richard P. Mattick y Wayne Hall, del Centro Nacional de Investigación de Drogas y Alcohol de la Universidad de New South Wales en, Sidney (Australia), afirman en su artículo sobre desintoxicación publicado en The Lancet que, por ejemplo, los consumidores de heroína que dejan de tomar la droga habitualmente empiezan a sufrir el síndrome de abstinencia en el plazo de 8 a 12 horas y sufren durante aproximadamente una semana síntomas que se han descrito corno parecidos a un fuerte ataque de gripe.

Estos investigadores explican: "Los síntomas desaparecen en gran medida en el plazo de siete a diez días, aunque esto no implica que se restablezca el equilibrio psicológico. Parece que hay un síndrome de abstinericia secundario prolongado a largo plazo que consiste en malestar general, cansancio, disminución del bienestar, poca tolerancia de la tensión y un ansia de sustancias opiáceas que puede durar algunos meses".

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