Los jóvenes de Jarrai llevaron la la protesta a la catedral
Los feligreses llegados desde la provincia de Ávila, de la que es natural el obispo Ricardo Blázquez, descendieron de los autobuses pasadas las cuatro de la tarde. Parecían una manifestación a toda prisa por el Casco Viejo de Bilbao. Querían coger buen sitio. Al final de la calle les esperaba una representación de Jarrai, las juventudes de la Coordinadora Abertzale Socialista (KAS), y un grupo de feministas y otro de homosexuales con pancartas con lemas como "A Dios rogando y con el mazo dando", "Si los obispos parieran, el aborto sacramento", "Nos amamos las unas a las otras" y "Euskal Herri Askatu" (Libertad para Euskal Herria). Cerca de un centenar de personas mezcló sus insultos a la Ertzaintza con las críticas a la Iglesia y en favor del aborto. Algunos fieles se santiguaban al oír proclamas como "Los cristianos a los leones" o "Nuestra salvación, el aborto y el condón".Los feligreses aguantaban en el exterior estoicamente, protegidos por un cordón de ertzainas (policías autónomos). En un momento dado volaron los condones y los manifestantes corearon: "Vamos a quemar el Opus Dei". La policía no intervino.
El nuevo prelado se refirió a la paz como clamor del pueblo vasco y se mostró muy esperanzado de que la "planta de la paz haya prendido en tantos jóvenes" que reivindican la paz". Blázquez expresé su deseo de mantener la tradicional colaboración con las diócesis de San Sebastián, Vitoria, Pamplona y Tudela. En la ceremonia estuvo presente el obispo de San Sebastián, José María Setién. Las críticas a la designación del nuevo obispo también han llegado desde el Consejo Pastoral Diocesano, órgano consultivo formado por sacerdotes y laicos en el que se han apoyado habitualmente todos sus antecesores para su acción pastoral.
