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FÚTBOL DÉCIMA JORNADA DE LIGA

El Celta voltea al Espanyol

Gudelj y Sánchez igualan dos tantos de Lardín en un partido muy abierto

Robert Álvarez

El Celta volcó la limusina del Espanyol cuando en Sarriá se empezaba a flipar con la velocidad de la tarde. Empataba en el Calderón el líder y el Espanyol lograba un segundo tanto que llenaba de pañuelos la grada. Quedaba media hora pero en el ambiente se palpaba el triunfo. El público se arrellanaba en su asiento con una sonrisa plácida.Todo engañoso. El Celta mantuvo e incluso corrigió y aumentó un planteamiento ambicioso con el que desmintió la creencia de quienes vaticinaban que iban a fotocopiar las líneas mezquinas que sus antecesores trazaron en Sarriá. Pero el Celta obligó al Espanyol a abordar el asunto de forma muy diferente. Los de Vigo hicieron pequeño el campo manteniendo, lejos de Prats pero, muy juntas sus líneas, fueron avariciosos con el balón, lograron que el Espanyol se pasara bastantes minutos buscándolo y, por encima de todo, no se derrumbaron.

El Espanyol respondió con la misma moneda. Apenas se inmutó ante las sucesivas acometidas del Celta. Ratkovic no conectó bien con Gudelj, muy sólo en la punta de ataque, Merino apenas se sumó a los contraataques y Eusebio hizo muy lenta la transición. Pero aún así el Celta mantuvo a raya al Espanyol e incluso llegó a dar algún aviso. Pero el Espanyol no dio síntomas de pánico. No pudo contar con Francisco, que no superó una prueba física poco antes del inicio del partido y tampoco con Raducioiu, lesionado. Una de las virtudes del Espanyol es precisamente su capacidad para mantener una velocidad de crucero partiendo de una gran consistencia defensiva y una presión en el centro del campo que ayer contó con un excepcional punto de apoyo en Urzaiz, un atacante que se ganó muchas atenciones defensivas por parte del Celta.

Castro Santos tuvo la virtud de hacer mirar a los suyos siempre hacia la portería de Toni. Recompuso el equipo con acierto tras el descanso, retrasó. la posición de Gil, reforzó el centro del campo con Bajcetic y adelantó a Ratkovic y a Sánchez para formar línea de ataque con el hasta entonces desasistido Gudelj.

El segundo gol del Espanyol pudo provocar maldiciones en hebreo del grupo de Santos. Fue una acción en la que Gudelj y Ratkovic estaban haciendo trabajar a toda la defensa del Espanyol. Herrera salvó de una forma agónica la embestida del Celta. Fue de esa acción de la que nació el segundo tanto del Espanyol. Herrera, Cristóbal, Toril, Lardín, Urzaiz y Luis combinaron en un abrir y cerrar de ojos, con el tiempo justo para que Lardín se incorporase al remate para lograr el 2-0. El Espanyol parecía haber resuelto a base de tirar de Lardín, un jugador con una movilidad que amargó a Geli y a la defensa gallega, con una aceptable visión de juego y con llegada. Muy pocos reúnen tantas condiciones.

Pero a partir de ese momento, la insistencia del Celta empezó a encontrar brechas en la defensa del Espanyol. El penalti y la expulsión de Cristóbal acabaron de romper al Espanyol. La insistencia de los de Vigo acabó por darles el empate en un final agónico, abierto y con algunos ribetes dramáticos en los que la ortodoxia táctica del inicio quedó a expensas de sobreesfuerzos de última hora.

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Sobre la firma

Robert Álvarez
Licenciado en Periodismo por la Autónoma de Barcelona, se incorporó a EL PAÍS en 1988. Anteriormente trabajó en La Hoja del Lunes, El Noticiero Universal y el diari Avui.

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