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Crítica:CANCIÓN
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

Jugando al despropósito

Pocas veces podrá escucharse en un teatro tanta voz para tan poca música.A Dulce Pontes le sobra en recursos vocales lo que le falta de sensibilidad. La cantante portuguesa y su productor han preparado un mejunje al gusto del consumidor medio. Renovar el fado no consiste en colocarle un envoltorio de. supuesta modernidad acudiendo a fórmulas rancias donde escasean el riesgo y la originalidad. No son recelos de purista: beber en las fuentes del fado y después vestirlo de forma contemporánea puede ser un reto fantástico.

Ellos están lejos de haberlo conseguido.

Si antaño la música portuguesa fue lamentablemente ignorada, parece que en estos tiempos cualquier cosa que venga del país vecino tiene patente de corso.

Dulce Pontes

Dulce Pontes (voz), Yuri Daniel (bajo eléctrico y contrabajo), Alexandre Frazao (batería), Joao Ferreira (percusiones), Joao Maló (guitarras acústica y eléctrica), Luis Pontes (guitarra acústica), Paulo Jorge (guitarra portuguesa) y Rui Filipe (teclados). Teatro Monumental. Madrid, 28 de octubre.

Y se asiste así a canonizaciones aberrantes. Ahora le ha tocado a Dulce Pontes, una joven de 26 años que debutó en comedias musicales, participó en el Festival de Eurovisión de 1991, y actuó durante un año en el Casino de Estoril. Pontes ha vendido más de 100.000 ejemplares de su disco Lágrimas y canta A brisa do coraçao, que Morricone ha compuesto para una película del actor italiano Marcello Mastroianni, y Cançao do mar, que sonará en la nueva que protagonizará el americano Richard Gere.

Arreglos banales perjudicaron aún más unas interpretaciones que tienden a la exageración. Que la de Montijo tiene voz Potente y afinada es una evidencia; que en ocasiones se escapa a su control, también. Allá van los gorgoritos al margen de lo que pueda requerir cada canción. Un despropósito.

Destrozos varios

Dulce Pontes demuestra en concierto una rara habilidad para destrozar lo que pasa por su garganta.Acabó con una canción mexicana del siglo pasado, degradó un tema popular tunecino, y arruinó una composición de José Afonso a base de hacer gracias con su voz. Y eso que, como comentaba alguien en la sala, las canciones de Zeca Afonso lo resisten casi todo.

Se salvó Estranha forma de vida, de Amalia Rodrigues, a costa de prescindir de la mitad del instrumental. Y es que cuando regresa a la esencia del fado la chica gana.

Sólo entonces Dulce Pontes deja ver cualidades en estado bruto que permiten pensar que algún día puede llegar a ser una gran intérprete.

Por ahora se me antoja un extraño cruce entre cantante tradicional y cantante de variedades. Más cerca de Rocío Jurado que de Teresa Salgueiro.

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