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La cantera del Barca aprueba el examen

Iván de la Peña, Óscar y Jordi Cruyff son ya los nuevos ídolos del Camp Nou

Los extranjeros escribieron el prólogo y los canteranos firmaron el epílogo. El Gamper ha sido ua novela rosa para el colectivo azulgrana. Hay la sensacion, sin embargo, de que la Liga será otra historia, y el grupo de Johan Cruyff no quiere perder la concentración. El único legado del que todos quieren dejar constancia es que más que equipo hay plantilla. Los jóvenes llaman a la puerta. O sea que Cruyff tendrá migraña, cuando tenga que confeccinar la lista de convocados, porque hasta, los niños del Miniestadi, piensan que se están ganando una plaza en el Camp Nou."En este momento no quiero ni pensar, sin que ello suene a desacato, que volveré al filial", cuenta Ivan de la Peña. "Yo pienso en que puedo tener continuidad en el primer equipo. Los jóvenes podemos aportar mucho al Barca en el futuro". El calvo o el pequeño Buda -tiene más sobrenombres que goles en su haber-, sueña con volver a fabricar otro gol, como el del miércoles, con dar otro pase como el que le sirvió a Óscar, con mirar otra vez, a la grada y saludar a sus padres mientras la hinchada babea.

Iván reconoce que enloqueció cuando Óscar marcó, el segundo gol. "A partir de este momento, todo fue distinto. Primero soñaba, con debutar; luego, cuando salté al campo, me sentí nervioso y algo sorprendido, puesto que me costó coger el sitio del 8 -con lo que no puedo es con el puesto de extremo-; y después me sentí lleno, de alegría". Y acaba". "Le pido al público que me mire como a un chaval de 19 años que tiene mucho que aprender".

Iván sueña con poder jugar cada domingo al lado de Óscar. En el Gamper formaron una sociedad perfecta. Hasta cuatro goles marcó el mayor de la dinastía de los García Juyent. Él, a los 22 años, ya tiene plaza fija en el Camp Nou pese a que temió que lo cedieran al Sevilla.

"Nunca soñe con meter tres goles", explica. "Fue una noche muy especial, pero no deja de ser una anecdota. Los técnicos me dijeron que me repescarían del Albacete y yo tenía que devolverles la confianza. No podía defraudarles. Estaba en deuda con ellos. Óscar es un 6 nato, por su capacidad de llegada y remate, aunque con tal de jugar incluso está dispuesto a jugar de extremo. Lo que no quiere es el 10, porque ese número lo lleva su hermano Roger.

Jordi Cruyff admite que hay una diferencia apreciable entre el equipo de este año y el del pasado: "Ahora disponemos de una gran variedad de jugadores polivalentes y de gran calidad, por lo que podemos poner en práctica muchas variantes de juego. No me considero el capitán de ninguna generación, pero seré el primero en ayudar a los que llegan. Todos son chicos inteligentes, porque han crecido en la casa".

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