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El PP apoya a CiU para exculpar a Cullell de tráfico de influencias

Enric Company

Los tiempos en que Aleix Vidal-Quadras, presidente del Partido Popular (PP) de Cataluña, se jactaba de ser la única fuerza que practicaba una oposición frontal al Gobierno de Convergència i Unió (CiU) en todos los frentes pertenecen ya a la historia. Ayer, el PP dio su apoyo a CiU en el Parlamento catalán para exculpar al ex consejero Josep Maria Cullell de la acusación de tráfico de influencias. En el mismo sentido, la dirección del PP ha decidido dar por finalizado el radical rechazo a la política lingüística de la Generalitat y sustituir su postura por otra que encaje en el consenso preconizado por todos los partidos.

Se trata de un giro que ya había sido anticipado por el deshielo de las relaciones entre Vidal-Quadras y el presidente Jordi Pujol, simbolizado en una larga. y cordial entrevista que ambos mantuvieron hace dos semanas en el Palau de la Generalitat. El PP ha decidido finalmente preparar él terreno para poder recibir el día de mañana un hipotético apoyo de CiU para poder formar Gobierno en Madrid.La actitud a adoptar respecto a los nacionalistas catalanes ha dividido al PP de Cataluña durante los últimos años. Vidal-Quadras, apoyado desde Madrid por Francisco Álvarez Cascos, preconizaba el enfrentamiento total. Por otro lado, Jorge Fernández Díaz y otros dirigentes eran partidarios de buscar puntos de acuerdo. Este sector criticó semanas atrás que el PP recurriera contra la reforma de la Ley Orgánica del Poder Judicial en lo referente a la utilización del catalán en la justicia.

Sorpresa

Los cinco grupos que integraban la comisión de investigación parlamentaria del caso Cullell en el Parlamento de Cataluña finalizaron ayer su trabajo sin conseguir llegar a un acuerdo sobre el dictamen que realizar. CiU, que dispone de mayoría absoluta, impuso una resolución exculpatoria.

Pero la sorpresa de la jornada la deparó el PP al apoyarla. El texto dice lo siguiente: "De los expedientes examinados y de las declaraciones formuladas no se desprende una responsabilidad atribuible a Josep Maria Cullell". Tanto los socialistas catalanes (PSC), como Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) e Iniciativa per Catalunya (IC) proponen resoluciones mucho más críticas.

El caso Cullell es un presunto episodio de tráfico de influencias en beneficio de Joan Vilaró, cuñado de Cullell, ex consejero de Política Territorial del Gobierno catalán. Cullell tuvo que dimitir en noviembre del año pasado ante el escándalo originado al ser difundida la grabación de una conversación telefónica en la que intercedía en favor de su cuñado para posibilitar la realización de una operación urbanística en Sant Pere de Torelló (Barcelona).

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La investigación ha aportado numerosas evidencias y pruebas documentale1de que la recalificación y venta de los terrenos de Vilaró fue una operación planificada en la que intervinieron de manera coordinada cuatro departamentos de la Generalitat. La finca, dividida en dos porciones, triplicó su valor y fue comprada con dinero público, aportado en parte por el Departamento de Bienestar Social. Otra parte del dinero fue obtenido a base de créditos que se consiguieron gracias a la declaración de actuación protegible decretada por el Departamento de Política Territorial. Pero la comisión no ha conseguido establecer fehacientemente lo que uno de sus miembros, Antoni Farrés, diputado de Iniciativa per Catalunya (IC) y alcalde de Sabadell, definía como "relaciones directas de causalidad" entre los hechos probados y la actuación concreta de Josep Maria Cullell.

Por varias razones. Una, que CiU excluyó expresamente de la investigación la conversación grabada, de forma ilegal, al ex consejero. Otra, que impuso una restringida lista de comparecientes y, una vez realizadas las comparecencias, rechazó que se llamara de nuevo a los que habían resultado flagrantemente contradichos.

Dimisión necesaria

Pese a todo ello, las relaciones de hechos probados documentalmente formuladas por los grupos de la oposición en sus propuestas de resolución, constituyen una prueba clara de que la administración de la Generalitat fue puesta en aquella ocasión al servicio de Vilaró.

Sin embargo, los indicios son tan claros que incluso. el Grupo Socialista, comprometido a corresponder a los apoyos que CiU ha prestado al Gobierno de Felipe González a la hora de frenar las investigaciones, mantiene que, a la luz de lo que se conoce hasta ahora, la dimisión del consejero Josep Maria Cullell era necesaria.

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