Comparece ante la comisión investigadora un responsable de Biomédica
La pelota de Biomédica continúa en el tejado. Ésa es la conclusión que podría sacarse después de la comparecencia, durante la jornada de ayer, del vicepresidente de esta compañía norteamericana. Andrew C. Ackermann intentó tranquilizar a los procuradores de Castilla y León, reunidos en sesión secreta en Valladolid en una comisión encargada de estudiar lo que ya se conoce en la comunidad como el biomocho.
Ackermann, el responsable para Europa de su firma, que, según dijo, se ha gastado ya 40 millones en un proyecto que no arranca, manifestó a la salida que, si bien las posibilidades de instalarse en León son buenas, todo depende de los inversionistas. Como prueba de buena fe, disculpó la ausencia de su presidente, Frank Wilbourne, por encontrarse en Zúrich (Suiza) intentando convencer a los accionistas del interés que tendría para ellos situar una factoría en León. Los terrenos están disponibles tras la, compra efectuada por el Ayuntamiento de la capital.La comparecencia de Ackermann fue la primera de las solicitadas por el PSOE castellano-leonés, que, desde la oposición, ha criticado repetidamente los detalles de este proyecto, en su momento presentado a bombo y platillo por el PP como un ejemplo de su más acertada política industrial. El vicepresidente de Biomédica calificó ayer la polémica tras los retrasos como de "excesiva" y, aunque a la salida no quiso revelar cuál es su capital real, aseguró que se halla firmemente asentada en EE UU, con sucursales en Phoenix y Columbus.
Mientras tanto, los socialistas continúan exigiendo la presencia en la comisión del presidente de la Junta, Juan José Lucas (PP), y de su consejero de Economía, Fernando Bécker, a quienes consideran máximos responsables de este proyecto no nacido y que tanta expectación había despertado entre los leoneses.
