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Payasos sin Fronteras trae su humor comprometido

Tortell Poltrona, un payaso con 20 años de experiencia, cuenta que fueron los niños quienes fundaron la organización Payasos sin Fronteras, que él dirige. "Hace un año y medio, un grupo de chavales que se comunicaba por ordenador con otros del campo de refugiados de Veli Jose, en Yugoslavia, me pidieron que fuera allí a dar una función", cuenta Poltrona. A esa actuación le siguieron otras en el mismo sitio hasta que se constituyó Payasos sin Fronteras, que cuenta en la actualidad con 200 socios, y han actuado en campos de refugiados de Gaza, Brasil, Argelia y, sobre todo, en la ex Yugoslavia. Hoy ofrecen una actuación en Madrid con motivo de la jornada que se dedica a Derechos Humanos y refugiados.

"La mayoría de la población de los campos de refugiados son mujeres y niños, porque los hombres están en la guerra", señala Poltrona. Payasos sin Fronteras, además de llevar el humor a los niños refugiados, pretende sensibilizar a la población infantil sobre la situación de la gente que vive en esas condiciones. Hoy proyectarán diapositivas de los sitios en los, que han actuado.

Payasos sin Fronteras, en el Círculo de Bellas Artes (Alcalá, 42), a las 16.00. Adultos, 1.000 pesetas. Los niños entran gratis.

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