El gasto en Sanidad y desempleo se desviará este año casi 250.000 millones por encima de lo previsto

Hacienda calcula, cuando está a punto de acabar el ejercicio, que el gasto será superior en 174.000 millones de pesetas a lo presupuestado (un 1,1% de desviación sobre la cifra inicial). Esta cifra contrasta con los 1,8 billones de pesetas que se gastaron de más en 1993. Las modificaciones (créditos extraordinarios, ampliaciones, etcétera) suponen 715.600 millones, un 4,3% sobre el presupuesto inicial, el porcentaje más bajo desde 1978. Las principales desviaciones siguen concentradas en la sanidad -94.000 millones de pesetas a regularizar en 1994 y otros 103.000 que se dejan para 1995, una vez conocido el resultado del año- y el desempleo -cerca de 50.000 millones-.

El ministro Pedro Solbes heredó de Carlos Solchaga un presupuesto aparente, con déficit bajos y objetivos cada vez más ambiciosos. En el año 1992, último completo de Solchaga como ministro, la diferencia entre ingresos y pagos del Estado en contabilidad nacional (criterio Maastricht) fue del, 2,4% del PIB, 1,41 billones de pesetas. Un año después, con Solchaga primero y después con Solbes, esta cifra aumentó hasta más del doble (3,73 billones, el 6,1% del PIB).La previsión era de menos de la mitad (2,3%), a pesar de que ya se habían empezado a reconocer los agujeros billonarios de la sanidad y el desempleo y se habían empezado a sacar de los cajones las facturas pendientes del pago a proveedores. Pero fue, finalmente, el año horrible para el presupuesto, con una desvi ción en el gasto del 12,4% (1,8 billones de pesetas); es decir, por cada 100 pesetas presupuestadas, en realidad se gastaron 12,4 pesetas más, una proporción desconocida des de el año 1978, primero del que se tienen estadísticas fiables. Los ingresos fueron inferiores en 400.000 millones a lo presupuestado.

Solbes afrontó su primer Presupuesto (1994) con el reconocimiento de que un error importante en las previsiones su pondría el principal fracaso de su política económica. Está a punto de acabar el año y las estimaciones del ministerio no van a dar un disgusto al ministro. Todo el presupuesto va bastante ajustado con la excepción, otra vez, de los gastos en la sanidad y el desempleo. El gasto apenas superará en 1,1%, a lo presupuestado, en total 174.000 millones de pesetas de exceso.

Las modificaciones en los créditos iniciales supondrán el 4,3%, el nivel más bajo conocido desde 1978 y alcanzan los 715.600 millones de pesetas. Entre ellas, las más importantes son las ampliaciones de créditos (331.500 millones para sanidad en su mayor parte), los créditos extraordinarios (123.800 millones para el Inem, inundaciones, déficit de explotación de FEVE y modernización de explotaciones agrarias) y las incorporaciones de créditos no gastados en 1993 (200.700 millones de pesetas). La suma final de desviación del gasto no coincide con los 715.600 millones de modificaciones de créditos porque no todo el presupuesto inicial se ejecuta.

Donde han vuelto a fallar las previsiones es en la sanidad y, en menor medida, el desempleo. En esta última partida, la desviación estimada para final de año será de 40.000 millones de pesetas, aunque no hay nada más pendiente de años anteriores, según Hacienda. En sanidad la cosa se complica porque todavía ahora se están pagando las deudas de 1992. En el presupuesto de este año aparecen 53.454 millones de pesetas para saldar estas deudas a lo que hay que añadir otros 96.438 millones producto del reciente acuerdo con las comunidades autónomas.

Pero, además, en 1994 hay una nueva desviación de 94.000 millones que se financiarán con cargo al presupuesto de este año y otros 103.000 millones que pasarán a 1995, a la espera de que se tengan las cifras definitivas del ejercicio. El año 1995 parte, pues, con esta nueva carga, más la ya prevista de 57.886 millones correspondientes a la deuda de 1993.