El reto actual: la armonía con el entorno
La opinión es unánime: la principal asignatura pendiente de Doñana es llevarse mejor con su entorno, engrasar el mecanismo de relación de este tesoro de 50.000 hectáreas -el mayor parque nacional de España- con los pueblos de su alrededor.Para el ministro de Agricultura, Luiz Atienza, el reto es la perfecta integración con su entorno. Es un ecosistema muy sensible sujeto a muchas presiones; debemos conseguir que sea más apreciado por los habitantes de su alrededor, y que lo vean como una oportunidad para su desarrollo sostenible".
Jesús Casas, director del parque desde 1987 (antes de él, Doñana tuvo otros cuatro directores), coincide: "La gran apuesta debe ser lograr que fragüe la estructura exterior. Hemos conseguido consolidar la interna y ahora hay que conseguir que funcione lo de fuera. Porque si Doñana se queda reducida a una isla dependerá tanto o más de lo que se haga fuera como dentro".
Las tensiones con ese entorno son fuertes. El Ayuntamiento de Almonte, por ejemplo, se ha negado por ahora a participar en la organización de los actos de conmemoración del 25 aniversario, que comienzan el 2 de noviembre.
No más política
Cristina García-Orcoyen, presidenta de Adena / WWF, tiene claro cuál es el principal problema: "Basta ya de hacer política con Doñana. Este parque nacional tiene un entorno muy agresivo, que presiona mucho, y ésa es su principal amenaza. Separemos ya política y conservación, porque de ello depende el futuro de Doñana. El presupuesto del parque es de 1.700 millones de pesetas; ¿sabe la cantidad de buenas cosas que se puede hacer con eso?". García Orcoyen pone como ejemplo de esa politización quiénes han ocupado la presidencia del Patronato del parque: "No han sido técnicos ni científicos, sino Alfonso Guerra, Enrique Baróny, ahora, el ex ministro de Agricultura, Carlos Romero".Manuel Pezzi, consejero de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía, opina que "está asegurado el futuro de, Doñana como uno de los espacios más singulares de Europa", pero cree que hay que insistir en armonizar dos intereses básicos: la conservación de esta joya y el desarrollo socioeconómico del entorno. Debe asumirse con naturalidad que Doñana no es fuente de problemas, sino de riqueza".
Para el alcalde de Almonte, el socialista Francisco Bella, lo malo de Doñana es la administración encargada de su gestión: "El ICONA ha estado de espaldas al entorno a pesar de que los pueblos y sus habitantes formamos parte de los ecosistemas", informa .
