_
_
_
_
_
Entrevista:

"Es una barbaridad decir que España está en pecado"

El obispo Sánchez lleva el peso de las relaciones con el Gobierno, y, ahora dice que está "disgustado" con sus interlocutores. Las negociaciones no avanzan en cuestiones capitales para la Iglesia, como la presencia de la asignatura de Religión y la Moral Católicas en las escuelas.Pregunta. Quince años después de su firma, ustedes dicen que el Gobierno debe cumplir los acuerdos entre España y la Santa Sede en materia de educación. ¿Cómo debe quedar regulada, a su juicio, la asignatura de Religión en los colegios?

Respuesta. No puedo decir la letra exacta, porque quien tiene que hacer las leyes es el Estado. La Religión ha de tener una asignatura alternativa seria para que nadie se sienta discriminado.

P. Pero puede que alguien se pregunte que quiénes son los obispos para imponer otra asignatura a los alumnos que no opten por la Religión.

R. Sí, pero es para salvaguardar unos derechos; que quienes elijan la asignatura de Religión no se sientan discriminados.

P. Pero es una fórmula coercitiva para no perder clientela.

R. No queremos imponer a los demás una carga. Queremos que los alumnos no dejen de asistir a clase porque sus compañeros tienen una hora de recreo o una maría como alternativa. Y los padres no pueden insistir permanentemente ante sus hijos en que es bueno para su educación ir a clase de Religión porque es normal que el chaval no quiera una sobrecarga académica. Los padres pueden ir diciendo misa, que los niños volverán cada día a casa con la misma canción: que sus compañeros no hacen nada o se van a jugar al fútbol. El niño va acumulando amargura y odio a la asignatura de Religión y, cuando es libre, la deja.

P. Dice que los obispos no hacen las leyes del Estado, pero consideran que el Estado no está legitimado para despenalizar el aborto.

R. Es que está en juego un valor fundamental de la persona y de la sociedad, que es la vida.

P. La nueva despenalización del aborto, ¿puede provocar una guerra entre el Gobierno y la Iglesia?

P. Pues no lo sé. Nosotros diremos lo que tenemos que decir independientemente de los efectos de simpatía, de antipatía o de enfrentamiento que pueda tener.

P. El Gobierno cambia de pareja política para sacar adelante la nueva regulación del aborto. CiU advierte que esta ley puede cuestionar futuros apoyos al Ejecutivo. ¿Qué le parece?

R. No es de mi competencia opinar sobre este asunto. A mí me parece mal cualquier paso orientado a aprobar una ley para la que un Estado no está legitimado. El Estado no está legitimado para decir cuándo se puede matar o interrumpir una vida humana. El Estado está legitimado y obligado a conservar esa vida humana. Ésa es su legitimación.

P. La nueva despenalización figuraba en el programa electoral del PSOE. Otros partidos que parecen más próximos a la Iglesia, como el PP, no se declaraban dispuestos a abolir los tres supuestos vigentes. Incluso ahora hay cualificados dirigentes populares que dicen que mantendrían la nueva despenalización si está aprobada.

R. No me parece bien. Me parece mal mantener leyes que atentan contra la vida del no nacido.

P. ¿Cree que se trata de una doble moral?

R. Creo que no es una cuestión de cristianos y no cristianos. Hay cristianos en todos los partidos y hay gente no creyente también en todos los partidos. Aquí se ventilan no solamente valores de la moral cristiana, se ventilan valores fundamentales de la persona, de la vida, de la dignificación y de la regeneración de la sociedad, que está asentada sobre unos valores que todos tenemos que respetar porque son anteriores a nosotros.

P. ¿Esto es propio de una sociedad neopagana, como han definido a España recientemente los obispos?

R. Es un signo grave de degradación de nuestra sociedad y cultura. No es un signo de progreso.

P. ¿Está en pecado España?

R. España es un término abstracto y decir que la sociedad española está en pecado, decir que España está en pecado, me parece una barbaridad por mi parte. Yo no me atrevo a decir ni siquiera que fulano o mengano está en pecado. Me parecería una osadía decir si España está en pecado o no. Pero despenalizar el aborto no es un signo progresista, algo que ayude a elevar el nivel moral y a regenerar el tejido social.

P. ¿Por dónde pasaría la regeneración?

R. Entre otras cosas, por impedir cuestiones como la del aborto. A mí me choca muchísimo que se ponga tantísimo empeño en este momento en la regeneración de unos signos de corrupción económica y al mismo tiempo se esté creando un clima de degradación de nuestra sociedad en la devaluación de la vida. Esto es grave. Porque quiere decir que un delito en lo económico es visto como un delito mayor que el atentar contra la vida de un ser indefenso. Es ilógico y, por ello, me cuesta mucho creer que haya una voluntad de regeneración y de terminar con una corrupción.

P. Parece obsesionado con la nueva despenalización del aborto.

R. Es que en nuestro país se está creando un clima de relativización de lo que es el atentado contra la vida y se está poniendo en la picota, como un valor supremo, el atentado contra los bienes, contra la propiedad.

P. Insinúa que hay dos varas de medir.

R. Claro. Estoy convencido. Pero no quiero decir con esto que no sea un delito grave y una falta de solidaridad que alguien se apropie de lo que no es suyo, se enriquezca injustamente en detrimento de otras personas o del bien común al que están destinados esos bienes. Eso es muy grave, muy grave. Y por tanto, se hace bien en aplicar a estas personas el rigor de la ley.

P. Usted cree que estas personas han de ir a la cárcel.

R. Eso ya no lo sé. No sé si han de ir a la cárcel o devolver lo robado.

P. ¿Qué penitencia les pondría?

R. Por lo menos, devolver a quien pertenezca lo que no es suyo. Eso por lo menos sí. A mí no me gusta mucho la cárcel.

P. ¿Acabaría con las cárceles?

R. Hombre, estaría encantado de que no hubiera ninguna. Pero también comprendo que es muy dificil vivir en una sociedad sin cárcel cuando hay delitos tan gordos.

P. ¿Y todo esto, cree usted que es por culpa de 12 años de gobiernos socialistas?

R. No, no exclusivamente. Ellos tendrán su parte de responsabilidad, pero va más allá. Tiene unas causas más generales, de la propia sociedad.

P. ¿Qué le preocupa más, el aborto o el paro?

R. Las dos cosas, porque ámbas son gravísimas. Ambas cuestiones son morales.

P. ¿Qué debería hacerse para que no haya paro?

R. Que los que tienen medios, y son muchos los que los tienen, no sólo los empresarios, también los que tienen los grandes sueldos, arriesguen su dinero creando empresas y trabajo.

P. ¿Cree que la Iglesia se llevaría mejor con un Gobierno del Partido Popular?

R. Pues no lo sé. No hemos tenido esa experiencia. Yo no confío en ningún Gobierno, confío en Jesucristo. La Iglesia tiene que llevarse bien con cualquier Gobierno porque tiene unos servicios que convergen en las mismas personas. Por eso tenemos que entendernos y colaborar.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_