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IV CUMBRE IBEROAMERICANA

Guayaberas en lugar de corbatas

Las cumbres iberoamericanas son tradicionalmente mucho más informales que las de la Unión Europea o las del G 7, pero la que se desarrolló hasta ayer al borde del mar Caribe fue aún más relajada que las anteriores. El protocolo colombiano pidió a sus ilustres huéspedes que se vistiesen informalmente y todos se lo tomaron al pie de la letra. Dejaron las corbatas y las americanas en la maleta con la única excepción del presidente español, Felipe González, que durante la primera jornada de la reunión fue el único mandatario. que llevó chaqueta.Todos los demás participantes en la cumbre lucían las típicas guayaberas caribeñas -el protocolo español compró unas cuantas horas antes de la llegada del Rey y del jefe del Gobierno a Cartagena para distribuir entre el séquito- aunque algunos, como el presidente argentino Carlos Menem, dieron la nota vistiendo una llamativa camisa azul. Más informal aún, el jefe de Estado guatemalteco, Ramiro de León, llevaba una camiseta blanca a rayas verdes horizontales.

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Fue probablemente la recomendación del protocolo colombiano la que incitó al comandante Fidel Castro a dejar de lado su tradicional uniforme militar verde oliva y a ponerse una guayabera provocando todo tipo de comentarios, más bien irónicos, sobre su reconversión civil. "¿Qué significará que usted haya dejado el uniforme verde para lucir una guayabera?", le preguntó el rey Juan Carlos al líder cubano después de que Castro, a su vez, se hubiese extrañado que el monarca, de sangre azul, se vista con un pantalón rojo.

Fiesta folclórica

Como en anteriores ocasiones el carácter informal de la cumbre quedó también de manifiesto por el tuteo entre los interlocutores -sólo algunos tratan de usted a Castro- y por el tiempo dedicado al ocio -paseo en coche de caballos por la ciudad o concierto de música iberoamericana-.

Grupos de danza y folclore típico caribeño flanquearon este recorrido por la ciudad amurallada que se inició en la noche del martes en la plaza de Santa Teresa e incluyó los lugares más característicos de esta ciudad, en su día una de las más importantes plazas fuertes del imperio español en América y hoy capital turística del Caribe colombiano. La jornada del martes concluyó con una cena ofrecida por el presidente César Gaviria y su esposa, Ana Milena, en la Casa de Huéspedes Ilustres de Cartagena, edificada sobre las ruinas de lo que en la época colonial fue el fuerte de San Juan del Manzanillo. Antes, las primeras damas, la reina Sofía entre ellas, habían asistido a un peculiar espectáculo de folclore caribeño protagonizado por 62 niños, de tres a cinco años, con trajes típicos.

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Para dar una cierta impresión de seriedad los mandatarios renunciaron ayer a almorzar en el Club de Pesca y comieron a mediodía un refrigerio para poder así prolongar su discusión.

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