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Volkswagen abre el diálogo con los sindicatos pero no garantiza el futuro de Zona Franca

El consorcio Volkswagen abrió ayer el diálogo con los sindicatos al anunciar a estos que quiere una solución negociada a la crisis de su filial española, Seat. Sin embargo, el optimismo mostrado ayer por los representantes sindicales tras ver a los directivos alemanes respecto a la continuidad de la factoría de la Zona Franca de Barcelona contrastó con la vaguedad con que se trata este punto en la nota oficial hecha pública por el consorcio Volkswagen, tras la reunión que los primeros mantuvieron en Wolfsburg con la cúpula directiva del constructor automovilístico alemán.

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Enrique Montoya, de UGT, y Alfonso Rodrígez, de CC OO aseguraron, tras la reunión, que se lograron tres objetivos: la continuidad de la marca Seat, la continuidad de los centros y el acuerdo de buscar con juntamente solución a los problemas de plantilla.Montoya y Rodríguez, junto con Klaus Volkert y Hans Jürgen Uhl, presidente y secretario general del Comité Inter centros de Volkswagen, se reunieron durante toda la mañana con la plana mayor de la gerencia del grupo: el presidente Fer dinand Piëch, el número dos José Ignacio López de Arriortúa y el nuevo director de personal, Peter Hartz.

Acabada la misma, los sindicalistas españoles se mostraron "muy satisfechos" por haber llegado a un punto en el que "se trata de negociar, no imponer", dando a entender en sus declaraciones que habían conseguido que VW se replanteara el cierre de la factoría de la Zona Franca de Barcelona, elemento clave de la crisis.

La nota difundida por Volkswagen, sin embargo, era mucho más ambigua, limitándose a prometer un análisis conjunto en profundidad, "especialmente de la crítica situación de la factoría de la Zona Franca y buscar una solución apoyada por todos los implicados". "Todas las partes coincidieron en que el objetivo principal es el de conservar el máximo número de puestos de trabajo competitivos y resolver cuanto antes los problemas en interés mutuo", añade el comunicado.

La nota confirma también que Piëch y López Arriortúa viajarán a España la semana próxima y se entrevistarán con representantes del Gobierno español y de la Generalitat de Cataluña, aunque el comunicado evita especificar nombres de los interlocutores.

A nivel político, sin embargo, no parece que las autoridades españolas vayan a obtener apoyo de las alemanas. El ministro presidente de Baja Sajonia, el socialdemócrata Gerhard Schroeder, -cuyo Gobierno controla el 20% del accionariado de VW y cuenta con dos miembros del Consejo Supervisor- volvió ayer a distanciarse del asunto. Schroeder, a quien supuestamente había pedido ayuda el presidente de la Generalitat Jordi Pujol, negó el jueves haber mantenido contactos, y ayer, pese a mostrarse abierto a hablar de ello, insistió en que este era un tema por el que nada podía hacer y que había que tratar con el Consejo de Volkswagen.

Una buena parte de la prensa alemana de estos últimos días asegura que en España, especialmente en ciertos medios de prensa, existe una campaña contra Volkswagen y también contra Alemania, a quienes, dicen, se acusa de. hacer pagar la unificación alemana a los obreros españoles.

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