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Un millar de motoristas se apoderan de la Castellana

Nadie pudo dormir en Chamartín. Alrededor de un millar de motoristas tomaron ayer por completo el paseo de la Castellana, entre la glorieta de San Juan de la Cruz y la plaza de Colón, además de sus calles aledañas. Madrid sufrió su noche más ruidosa. La invasión desbordó los dispositivos que había previsto la Policía Municipal para evitar las carreras incontroladas y las demostraciones de habilidades. Una vez consumada la toma de la Castellana, la policía se limitó a cortar el tráfico a los vehículos de más de dos ruedas.Al igual que el pasado año, cientos de motoristas que han llegado a Madrid para presenciar la última prueba del Mundial de motociclismo emplearon la madrugada del domingo en conquistar la Castellana de Madrid para lucir sus vehículos. Según la Policía Municipal, sobre la una de la madrugada, las motocicletas iniciaron su particular concentración y expulsaron al tráfico ajeno a la fiesta.Pagar por un descampado

Anoche ya habían llegado a los alrededores del circuito del Jarama unas 25.000 personas. Todas se encontraron, además, con una sorpresa. Por primera vez, los aficionados a las motos tienen que pagar por acampar en un solar sin servicios situado frente al circuito del Jarama.

Los feriantes también están enojados, porque, igualmente, nunca habían pagado por instalar sus puestos. Además, los motoristas tienen otra queja: "Aquí no hay un lugar donde quemar rueda y hacer caballitos, por lo que no es extraño que busquemos un lugar en Madrid para hacerlos", añadieron.

La empresa a la que el RACE ha concedido la explotación del solar situado frente al circuito se llama Bros. En otros grandes premios celebrados en el Jarama, esta zona, de una extensión similar a cuatro campos de fútbol, estaba siempre libre. Ahora se lo han encontrado vallado, y para acceder a este recinto deben pagar, como mínimo, 1.000 pesetas (500 por la moto y 500 por persona).

Mariano Zapata llegó el viernes por la noche de Murcia: "Pagamos y no recibimos nada, porque esto no está preparado para tanta gente. Por lo menos, podían haber regado el terreno y haber colocado aseos y otro tipo de servicios.

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María Victoria, que ha viajado de paquete en la moto de su novio, opina lo mismo. "Madrid no es Jerez, aquí hace falta una infraestructura mucho mejor". Sin embargo, Carlos Peláez, que ha llegado desde Barcelona acompañado de seis amigos, ve un aspecto positivo: "Tendremos más seguridad que en otros sitios, porque hay vigilancia y estaremos más tranquilos por si a algún desaprensivo se le ocurre robar algo".

La privatización también afecta años feriantes. María Eugenia Camacho tiene instalado Un puesto de venta de camisetas. Le han cobrado 25.000 pesetas por dos metros cuadrados.

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